viernes, 16 de diciembre de 2011

Oración Espiritual



Invito a todos nuestros queridos lectores a leer las siguientes palabras cuya esencia y significado brotan de sabiduría divina cual lluvia que riega todos los campos e inunda de vida todo lo que toca.
"…cuando el pueblo estaba ya dispuesto a dejar Egipto de su cautiverio y de sus pruebas, para ir en pos del desierto hacia la Tierra Prometida, todo lo previó y lo preparó". De la misma manera debemos ahora prevenirnos y prepararnos, para que en la travesía de esta vida nada llegue a faltarnos.
No olvidemos que aquel pueblo no sólo se proveyó de víveres para el largo camino, sino que también se acordó de orar, de hacer penitencia para purificarse y de formar el propósito de permanecer siempre unido, formando una sola familia. A pesar de muchas pruebas y vicisitudes, el pueblo de Israel logró penetrar en la Tierra de promisión, y esto fue debido a su fe, a su oración y a su unión.
No dudemos que aquella simiente espiritual está nosotros. ¿Por qué entonces no tomamos aquel ejemplo como norma para llegar a la nueva meta?
Bien sabemos que no es el desierto de arena el que nos espera, es la humanidad que se encuentra en plena confusión, abatida y falta de fe; no es una nación o una ciudad de este mundo la que buscaremos, sino la patria del espíritu, la cual se encuentra más allá de lo humano.
Israel surgirá nuevamente para ser como una antorcha en medio de la humanidad, dice el Señor.
Despertemos y démonos cuenta que somos nosotros quienes formamos parte del pueblo espiritual de Israel, pueblo de paz, de luz y espiritualidad.
Dejemos que nuestro corazón sienta todo cuanto afecta y aflige a la humanidad. Oremos por la paz de todos, hagamos brillar nuestros pensamientos en la mente de los demás. Que nuestra presencia en el mundo sea para dar paz, para consolar, para atraer bendiciones sobre nuestros semejantes.
Cuando nos acobardemos al contemplar cómo se ha propagado el dolor, el vicio, la miseria y el egoísmo, y las conciencia nos reclame cumplir nuestra misión espiritual, no temamos porque en cada paso que damos Dios nos reconforta y nos anima con su palabra; no dudemos, porque estas son pruebas que nos templan y son indispensables en nuestro crecimiento espiritual.
El Señor nos dice: tomad la cruz y seguid mi huella. No nos pide desempeñar una misión a la que no estamos suficientemente capacitados, Él conoce muy bien la fortaleza del corazón de cada uno de nosotros, no podemos ni debemos fallarle. Mientras la lucha está en ciernes, hagamos oración, busquemos con gran anhelo mejorar nuestra moral para que nuestra postura ante la vida sea creíble y ejemplo para todos. Al orar por nuestros hermanos, descubriremos el poder y la virtud que tiene la oración. El que se inspira en la oración es invencible ante las pruebas y será capaz de realizar prodigios agradables a los ojos de Dios.
¿Por qué aprisionar a nuestro pensamiento dentro del orbe terrestre, cuando él tiene un mundo de luz más allá de lo material? ¿Por qué sujetar al espíritu a la vida humana, si él tiene un espacio infinito más allá de nuestra mirada y de nuestra mente? Esos mundos del pensamiento y del espíritu se encuentran vírgenes, no hemos querido llegar hasta ellos, porque no hemos sabido orar.
El pensamiento y el espíritu, unidos para orar, crean en el hombre una fuerza superior a toda fuerza humana. En la oración el débil se fortalece, el cobarde se reviste de valor, el ignorante se ilumina, el torpe se despeja. El espíritu, cuando ha logrado armonizar con la mente para alcanzar la verdadera oración, se convierte en un soldado invisible, el cual, apartándose momentáneamente de lo que a su ser toca, se traslada a otros sitios, se libera de la influencia de la materia y se entrega a su lucha de hacer el bien, de conjurar males y peligros, de llevar un destello de luz, una gota de bálsamo o un hálito de paz a los necesitados.
Por todo esto, debemos entender cuánto podemos hacer con el espíritu y con la mente en medio del caos que ha envuelto a la humanidad. Estamos en un mundo de pensamientos e ideas encontradas, donde las pasiones palpitan por el materialismo y los espíritus navegan y se pierden entre tinieblas.
Sólo el que por medio de la oración haya aprendido a elevarse en pensamiento y espíritu a las regiones de la luz, a las moradas de la paz, podrá penetrar en el mundo de contiendas, donde se reflejan todas las pasiones humanas, sin salir vencido y dejando en cambio algo de provecho al bañar con destellos de luz a sus semejantes.
No esperemos a que los días y los tiempos pasen sin haber contribuido al adelanto y liberación de nuestro espíritu. Hagamos cuanto esté de nuestra parte y con nuestra fe dejemos que Dios haga el resto.
Dios es poder y crea milagros en nosotros, por lo tanto, uno de nuestros pensamientos, una de nuestras oraciones puede transformarla en algo tangible y visible ante los ojos."
Reflexionemos, en quién más podrá confiar Dios la misión de restauración, sino en aquellos que con valor han hecho a un lado la venda que cubre el corazón.

Carlos Ponce Noviembre 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Una Oración Muy Poderosa.



Sucedió que durante el programa de televisión “El pulso de la Fe”, que se transmite los domingos a las cuatro de la tarde por Canal 40, cuando el Padre Rafael López López, Misionero del Espíritu Santo, estaba como invitado para explicar la teología de los ángeles, saqué de mi cartera una estampa de San Miguel Arcángel con una oración en italiano en el anverso, que había traído del Monte Gargano, en Italia, del preciso lugar donde se apareció el arcángel Miguel en una gruta, que ahora se encuentra al interior de su santuario. Mostré la imagen y leí a cuadro la oración traduciéndola al español, pues pensé que compartirla con el público sería oportuno para explicar la devoción a los ángeles. Hice notar que es una oración muy poderosa y luego se me ocurrió decir al público que podría enviarla por correo electrónico a quien la solicitara. No imaginé lo que sucedería después…
Al lunes siguiente, ya en mi oficina, al abrir lo correos en la computadora, vi que había más de 600 solicitando la imagen y la oración, pero durante el día llegaron más, al día siguiente más y al otro también. Al momento en que esto escribo, se han recibido ya más de tres mil solicitudes. Hemos tenido que hacer los envíos de las oraciones mediante un servicio de e-mail marketing porque la vía tradicional no lo permitía. Aun ahora continúan llegando solicitudes. Mientras tanto yo me sigo preguntando: ¿Qué es lo que sucedió..?
Pienso que lo que sucedió obedece a tres motivos: La necesidad de Dios, el miedo al demonio y el temor bajo el que ahora se vive en México. En en el programa de televisión habíamos dicho que esa oración a San Miguel Arcángel es muy poderosa para ahuyentar al demonio. También dijimos que esa oración, como toda oración elevada al Cielo con fe, nos libra de todo mal. Con esto me doy cuenta del terror que hoy padecemos los mexicanos, pero me alegra constatar, de manera tan viva, que hoy se siente también un grande anhelo y una creciente necesidad de Dios, aunque a la vez me pregunto ¿qué enorme vacío, soledad y angustia han de experimentar en sus vidas todos aquellos que han perdido la fe y que han expulsado a Dios de sus vidas?
Reproduzco enseguida la Invocación a San Miguel Arcángel: “En el momento de la prueba, debajo de ti encuentro mi refugio, glorioso San Miguel e invoco tu ayuda… (Intención). Con tu poderosa intercesión presenta a Dios mi súplica y obtenme la Gracia necesaria para la salvación de mi alma. Defiéndeme de todo mal y guíame por el camino del amor y de la paz. San Miguel: ilumíname. San Miguel: protégeme. San Miguel: defiéndeme. Amén. Gloria al Padre… (tres veces)”. La imagen de la estampa corresponde a la estatua, del escultor Contucci, que se encuentra colocada en la gruta desde el año 1507.

En Europa hay por lo menos tres lugares que han sido consagrados a San Miguel, son lugares asociados a revelaciones del arcángel. El más antiguo de estos santuarios se erige sobre el Monte Gargano, en Italia (en el talón de la bota italiana), donde las revelaciones de San Miguel fueron certificadas desde el siglo V, cuando se apareció a San Laurencio, obispo de Siponto, hoy diócesis de Manfredonia. De acuerdo a la tradición, San Miguel le dijo que él protegía este lugar y que se le debía construir una iglesia en honor a él y a los otros tres arcángeles. Es de apreciarse su magnanimidad al querer incluir a los otros ángeles de manera que ellos también sean honrados, lo que demuestra una sola verdad: su supremacía sobre todos los ángeles.
Ha sido confirmado que en el Monte Gargano han tenido lugar cuatro revelaciones distintas. La última se registró en 1656 cuando mucha gente fue rescatada de una epidemia. La intercesión de San Miguel también ha sido confirmada en las grandes victorias sobre los godos en Siponto en el año 490 y sobre los napolitanos en el año 663.
Hay otra oración a San Miguel, la que escribió el papa León XIII el 13 de octubre de 1884, luego de haber tenido una visión terrible, en Misa, del demonio amenazando a la Iglesia. Es también muy poderosa contra el mal: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén”.

Roberto O'Farrill Corona
Octubre de 2011
Publicado en: http://www.golgotaonline.com

lunes, 28 de noviembre de 2011

Introducción a la Nueva Medicina Germánica del Dr. Hamer








El hecho que haya un vínculo entre la psique y la enfermedad ni es un nuevo descubrimiento, ni le pertenece al Dr. Hamer. Citando al Dr. Hamer:
"A través de los milenios, la humanidad siempre ha estado al tanto, en grado más o menos conciente, de que todas las enfermedades en último grado tienen origen psíquico, y esto se convirtió en un patrimonio "científico" anclado firmemente en el legado del conocimiento universal; es meramente la medicina moderna que ha convertido a nuestro ser animado en mera bolsa llenas de fórmulas químicas."
Bienvenidos a la página de Web del Dr. Hamer sobre la Nueva Medicina Germánica.
Si esta es su primera visita, lo siguiente representa una breve introducción:
Hace más de veinte años, el Dr. Ryke Geerd Hamer, un doctor alemán con oficina en Roma, Italia, recibió un llamado telefónico en medio de la noche. Su hijo Dirk, de 17 años había sido baleado durante una vacación en el Mediterráneo. Tres meses más tarde Dirk murió y poco después, el Dr. Hamer, quien había sido sano durante toda su vida, pero totalmente abrumado por esta catástrofe, descubrió que sufría de un cáncer testicular. Sospechando que esto no era mera coincidencia, decidió investigar las historias personales de los pacientes de cáncer para ver si es que habían sufrido algún choque conflictivo, angustia o trauma anteriormente a su enfermedad.
Con el tiempo, y tras intensa investigación con miles de pacientes, el Dr. Hamer finalmente consiguió demostrar que la enfermedad solamente es causada por un choque que nos pilla totalmente desprevenidos. Este último concepto es muy importante. Si de alguna forma conseguimos prepararnos para el evento chocante, evitaremos enfermarnos. De hecho, el Dr. Hamer prefiere no decir ‘cáncer’. Más bien, es una respuesta biológica especial a una situación insólita, y cuando la situación de ‘shock’ se resuelve, el cuerpo se apresa para volver a lo normal. Esta es una versión muy simplificada de los hechos, claro está. Los libros explican el proceso total con lujo de detalles.
Presentó su trabajo a la universidad en Alemania con la cual estaba afiliado. Ellos, sin embargo, sin explorar o comprobar sus hipótesis le pidieron negar sus hallazgos. Como no pudo considerar desdecirse de todo aquello que había comprobado científicamente y sin trazas algunas de duda, rehusó. Como consecuencia le fue quitada la licencia para practicar medicina, situación que persiste hasta el día de hoy. No obstante que la universidad de Tubinga fue ordenada por la corte a que llevara a cabo las pruebas necesarias para comprobar la teoría, este procedimiento jamás fue llevado a cabo.
La vida del Dr. Hamer ha sido un remolino de eventos desde entonces, llevando incluso a una sentencia a encarcelamiento de dieciocho meses en Alemania, que cumplió en celdas que compartía con criminales empedernidos. Gran parte de las contrariedades que sufrió procedían del hecho que las balas que mataran al hijo habían sido disparadas por el príncipe de Saboya, el último rey de Italia. Una situación complicada y delicada, como cualquiera pudiera imaginarse.
El Dr. Hamer cree fervientemente que los métodos presentes para tratar el cáncer son bárbaros, crueles y totalmente innecesarios. Estas opiniones no le generan muchos amigos.
Desde que descubriera la Nueva Medicina Germánica en 1981, el Dr. Hamer ha escrito varios libros sobre esta medicina y sus extraordinarios descubrimientos. Algunos de estos libros han sido ya traducidos a varios idiomas, y el trabajo continua. Muchos médicos europeos practican este sistema bajo cuerda, reconociendo su excepcional capacidad para generar diagnosis.


El hecho de que la medicina “oficial” o “convencional” no de reconocimiento oficial a este sistema es frustrante tanto para el Dr. Hamer como para el público. Esperamos pues que los cambios a este estado de cosas sean iniciados por aquellos que, comenzando a entender la forma en que funcionan sus cuerpos, insistan en que el personal de salud y sus instituciones tomen conciencia de la nueva ciencia.
El trabajo infatigable que ejecutan las terapias alternativas y los libros tales como los que escriben el Dr. Deepak Chopra y el Dr. Andrew Weil, han contribuido enormemente a la toma de conciencia que se hace notable en el mundo, al punto que los doctores y los hospitales comienzan a darse cuenta de estas cosas.
Una vez que Usted haya escuchado al Dr. Hamer hablar en uno de sus seminarios, haya leído sus libros, haya consultado una de sus tablas de las enfermedades, comprenderá que finalmente alguien ha establecido todos los vínculos y ha encontrado todos los enlaces que faltaban.


Con el paso del tiempo se espera que este trabajo pueda ser explicado de manera que “cualquier persona inteligente, aun careciendo de entrenamiento especial” pueda comprender. Queda mucho por hacer. Nuestra esperanza es que estas páginas le traerán consuelo, esperanza y optimismo.

Más información en : 

martes, 20 de septiembre de 2011

EL CODIGO SECRETO DEL CORAZON


Siempre se nos ha dicho que el corazón ama y siente pero, ¿es posible que también piense, recuerde, se comunique con otros corazones, ayude a regular la inmunidad y contenga información almacenada circulando a través de nuestro cuerpo? Recientes investigaciones sobre la memoria celular apuntan a que es el corazón y no el cerebro el recipiente de los secretos que conectan la mente, el cuerpo y el espíritu.

Primum vivens, ultimum moriens

Las personas que han tenido un transplante de corazón, alegan haber adquirido hábitos y memorias de sus donantes.En el siglo XVII, Sir Kenelm Digby, miembro de la Royal Society, hizo un experimento con el corazón de una víbora: tras arrancárselo y guardarlo en un lugar templado y húmedo, comprobó que latió durante veinticuatro horas. Cuando cesó de latir lo humedeció con agua templada y el órgano palpitó de nuevo. Luego lo cortó en varios trozos, y las partes separadas siguieron latiendo durante un tiempo prolongado. Lo mismo ocurre con el corazón humano: aunque la cabeza se separe del cuerpo, el corazón continuará latiendo durante horas. No en vano, este órgano, asiento de la vida y músculo central del sistema fisiológico, es "primum vivens, ultimum moriens", el primero en vivir y el último en morir en todas las criaturas.
"Nunca estuve interesada en el sexo. Ni siquiera pensé mucho en eso, pero ahora agoto a mi marido. Deseo hacer el amor todas las noches y, a veces, me masturbo dos o tres veces al día. Antes odiaba los vídeos X, pero ahora los adoro. Me siento como una mujerzuela y cuando estoy de buen humor, realizo un striptease para mi marido. Jamás había hecho algo parecido antes de mi operación. Cuando le comenté esto a mi psiquiatra, me dijo que era una reacción a los medicamentos y porque ahora tengo un cuerpo más sano. Posteriormente he descubierto que mi donante de corazón era una chica que trabajaba en un topless y actuaba como profesional a domicilio. Creo que he adoptado su orientación sexual, y mi marido también lo piensa así".
Por extraño que pueda parecer, este relato de una mujer de 35 años a quien se le trasplantó el corazón de una prostituta de 24 años no es el único en su género. Desde principios de los años setenta se vienen recogiendo informes de personas que tras un trasplante de corazón alegan haber adquirido gustos, hábitos, aptitudes y memorias de los donantes muertos. Hasta ahora sólo se han publicado un par de libros que recogen dichas experiencias, pero el fenómeno ya suscita una polémica parecida a la surgida hace más de veinte años con las experiencias cercanas a la muerte.
Uno de estos libros, A Change of Heart, de Claire Sylvia, recoge los cambios experimentados por la autora a raíz de una operación de trasplante; otro más reciente, El código del corazón (Ed. Edaf), de Paul Pearsall, se enfrenta abiertamente a un dogma de la moderna ciencia médica: la dependencia que tiene la memoria del sistema nervioso central.
Aunque tal dogma descarta por completo la posibilidad de que los hábitos puedan modificar estructuras bioquímicas que afecten al tejido del corazón, Pearsall no parece albergar dudas que el corazón, además de constituir el centro de energía más importante del cuerpo, es al mismo tiempo un mensajero del código que representa el alma. Una propuesta tan provocadora como la suya ha supuesto que se le acuse de perjudicar al movimiento de trasplante de órganos porque hace pensar que el corazón es mucho más que una masa de células biomecánicas. También se ha calificado a Pearsall de gurú prolífico de la auto-ayuda, pero en todo caso, su último libro ofrece una perspectiva novedosa en un campo que la ciencia no ha explorado todavía suficientemente.

Cardiología energética

Además de basarse en su experiencia personal – la victoria obtenida por su corazón sobre un cáncer que padeció –, en las lecciones aprendidas de los pueblos indígenas y las culturas milenarias, así como en los relatos de pacientes trasplantados de corazón, Pearsall recoge en su obra las teorías e investigaciones del neurólogo y psiquiatra Gary Schwartz y la psicóloga y codirectora del Laboratorio de Sistemas Energéticos Humanos de la Universidad de Harvard, Linda Russek, en cardioenergética. Este campo de investigación se basa en que la energía y la información son intercambiables y la infoenergía es transportada y comunicada primariamente por el corazón.
Paul PearsallOtra fuente utilizada por Pearsall es la teoría de la memoria celular, según la cual cada uno de los 75 billones de células del cuerpo posee varios niveles de información almacenada, depositada allí mediante la conducción cardiaca de energía. Así pues, si la información se lleva en la energía del corazón y circula dentro de las células, las memorias de una experiencia vital que cualquier persona haya tenido pueden convertirse en nuestras propias memorias personales. Esto explicaría el hecho de que la personalidad de los que viven con un corazón trasplantado sufra transformaciones radicales, pero la mayoría de los cardiólogos y cirujanos que realizan los trasplantes se niegan a aceptar tal posibilidad. Alegan que, con frecuencia, el cerebro sufre pequeños derrames durante la operación que pueden dañarlo, al igual que los medicamentos utilizados para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Es probable que estos factores influyan en las transformaciones profundas y en las memorias anómalas que experimentan los trasplantados, pero eso no excluye la posibilidad de que el corazón posea un código infoenergético sutil (energía L) que contenga memorias codificadas que conserva cuando es trasplantado. Tal vez, la clave del código esté en esa energía L, que baña el corazón.

La escurridiza energía "L"

Por desgracia, la energía L o quinta fuerza propuesta por Pearsall es extremadamente sutil e imposible de medir con los instrumentos científicos actuales. No obstante, Pearsall sugiere que los efectos de la misma son ilimitados: viaja más rápidamente que la luz y genera efectos no localizados como la telepatía, la curación a distancia y el poder de la oración intercesora. Y, sobre todo, el corazón está formado exclusivamente por energía L y comunica y lleva su propia forma, aunque de un modo torpe, al campo electromagnético creado por él. Este campo es cinco mil veces más potente que el electromagnético cerebral, por ello es posible que el corazón, gracias a su enorme energía potencial, sea el centro principal de conducción de la energía L.
La mayoría de los profesionales de la salud no reconocen la existencia de esta energía. Cuando preguntamos al psicoanalista y quinesiólogo Juan A. González qué opina sobre las ideas de Pearsall en relación a la hipotética energía L y la posibilidad de que el corazón sea el centro principal de conducción de la misma, responde: "Si negáramos la existencia de una energía que lleva información por todo el organismo, estaríamos negando también la existencia de los meridianos de acupuntura y la de los cuerpos sutiles. Estos cuerpos están implicados en la concepción de la salud y están unidos entre sí por algo que llamamos el cordón de plata, que está conectado al cuerpo por el corazón. Experimentalmente sabemos que la conexión está exactamente en el punto BP21, que es el del meridiano bazo-páncreas, el más cercano al corazón, pero esto no confirma que este órgano contenga un código que indique quiénes somos".

Aposento de luz

Debido a que el latido del corazón responde inmediatamente a las variaciones en el estado mental - por ejemplo, en momentos de extrema ansiedad, tensión y terror, palpita, y el pulso se acelera - se convirtió en muchas culturas no sólo en el asiento de las emociones, sino en el del alma. Así se dice que dos hilos de energía conectan la forma del hombre con su alma: el primero es el de la consciencia, anclado en la glándula pineal de la cabeza; el segundo o hilo de la vida se ancla en el corazón, en el nódulo sino-auricular, una masa de tejido que gobierna el latido cardiaco. Este nódulo recibe fibras del nervio vago y se denomina en la tradición bíblica el "sendero para el aliento del Espíritu Santo".
También los hindúes consideraban al corazón la morada del principio divino. En los escritos tántricos, el corazón es llamado el "pequeño loto de ocho pétalos", asiento de Brahma, o centro de la consciencia espiritual del hombre. Según esta visión, el nirvana se alcanza cuando la consciencia se centra en el germen de Pragna, que se encuentra en el chakra Anahata, el del corazón.
Los griegos también eran conscientes de que el corazón era la fuente de la vida y de que los diversos aspectos de la misma - los centros de la consciencia llamados los "dioses" - habitaban en el corazón. Esta creencia la tomaron de los egipcios, para quienes este órgano era la morada del alma y no lo extraían del cuerpo durante el proceso de embalsamamiento, a diferencia del cerebro que extraían por las fosas nasales. Salvaguardaban el corazón con sumo cuidado para que acompañara al cuerpo en la otra vida donde sería pesado en la balanza en presencia de Osiris.
Los aztecas llevaban a cabo ritos donde extraían este órgano a la víctima aún viva y lo ofrecían a sus deidades.La ofrenda del corazón, sede del alma, encontró su forma más aterradora en los ritos realizados por los aztecas de México, que arrancaban el corazón del pecho de los prisioneros vivos para ofrecérselo, todavía latiendo, a las deidades del Sol y de la Tierra. Entonces, el alma ascendía a lo más alto de los cielos aztecas. Igualmente bárbara pero no carente de lógica es la extendida costumbre entre algunas tribus primitivas de comerse el corazón de los enemigos heroicos para imbuirse de su valor. En algunas comunidades del pasado, los corazones de los reyes muertos se comían ritualmente. Los de los animales también se comían para adquirir sus características, especialmente los de leopardos y leones.
Los taoístas chinos consideraban al corazón como un aposento de fuego localizado entre el cielo (la cabeza) y la tierra (el abdomen) y decían que su transmutación llevaba a la inmortalidad.
En la tradición mística occidental, el corazón es la localización de la Luz de Cristo y el propio Jesús animaba a sus discípulos a entrar en silencio en este aposento para conversar directamente con el Padre.

De corazón a corazón

En la tradición mística occidental, el corazón es la localización de la Luz de Cristo.Si ponemos más corazón en nuestras vidas, como sugiere Pearsall, tal vez descubramos nuevas formas de comprender la consciencia y la sanación humana. Vivimos en un mundo regido por el cerebro. Disfrutamos de los inventos que ha producido éste, pero el corazón nos pregunta si podremos sobrevivir en este mundo tan cerebral y si queremos vivir desconectados, hostiles y temerosos. Así pues, aunque se pueden hacer múltiples críticas al trabajo de Pearsall, sobre todo que los datos aportados por él no están suficientemente contrastados, que son demasiado etéreos y que no demuestran que la memoria y la emoción residan en el corazón, no se puede negar que su obra ofrece una magnífica combinación de ciencia y testimonios que permite percibir la inteligencia del propio corazón. Para tal fin, Pearsall propone la práctica de la cardio-contemplación, derivada de la técnica de cuadro congelado desarrollada por investigadores del Instituto de HeartMath (California), en la que se propone que congelemos las situaciones o las escenas de estrés para poderlas considerar desde una perspectiva más calmada y centrada en el corazón. Esta técnica involucra el permanecer inmóviles, quietos y permitir que ocurra la respuesta de resonancia. Sin duda se trata de una vía interesante para silenciar nuestro agitado cerebro.
Pearsall también facilita un test de comprobación de la amplitud de la energía cardiaca y un inventario cardio-sensitivo para evaluar la capacidad individual de escuchar el código de nuestro corazón y para conectar incluso con el inconsciente colectivo, es decir, "sintonizar con otro plano que se encuentra más allá del nivel en el que el cerebro se siente más confortable, el de la energía sutil L que danza entre todos los sistemas".

Isabela Herranz

lunes, 5 de septiembre de 2011

Ley de la Sincronicidad.



Por Caroline Myss.


Como muchos de ustedes saben, me encanta la buena conversación. Para mí, una cena con gente que sabe cómo hablar sobre temas deliciosos, es uno de los grandes placeres de la vida. Ni siquiera tengo que incluir la cena – la lanzo por ahí. Una buena conversación puede tener lugar en cualquier lugar y a cualquier hora. Lo que hace a una conversación "grandiosa", por así decirlo, al menos para mí - es que mi imaginación se anima, o me inspira a pensar en algo de una manera que yo no había considerado antes, o me entero de nuevos hechos o descubro un nuevo campo de información, o me encuentro con alguien que piensa de una manera que es tan única que sólo quiero escuchar y observar su mente en acción. Por lo que el otro día tuve la oportunidad de tener una de esas conversaciones grandiosas y deliciosas con alguien que tenía la imaginación y la profundidad y la sabiduría, y así que nos embarcamos en una discusión sobre la naturaleza de las leyes místicas. La conversación no comenzó precisamente en ese tema. Se inició con la pregunta que él me hizo: "¿Estás más fascinada por lo que puedes ver ó por lo que no puedes ver?" 
Ahora, ¿cuánta gente crees que podría preguntarte eso?
 

Tan pronto como escuché la pregunta, que casi se balanceaba en otra dimensión: ¿estás más fascinada por lo que ves o por lo que no ves? Le respondí que era más atenta a la dimensión de lo invisible. Él pidió un ejemplo y fue entonces cuando presenté lo que fue mi artículo número uno: La Ley Mística de la sincronicidad. Le dije que estaba fascinada por esa ley y cómo su alquimia se reúne en cada una de nuestras vidas. Como visual, imagina esta ley como una dinámica de alquimia compuesta de varias sustancias químicas que pueden o no crear una sobrecarga de chispa. Las condiciones tienen que ser perfectas - pero ¿qué son esas condiciones? Imagínese, entonces, que deseas interactuar con esas condiciones - que quieres llegar a ser una variable activa en la dinámica creativa de la ley de la sincronicidad. ¿Es eso posible? y si es así, ¿qué tienes que saber y llegar a ser – no hacer - sino ser, en el orden de interactuar con la ley? ¿Qué tan intrigante es esto? (Dicho de otra manera, ¿cómo podría tal pregunta no intrigar a nadie?). 

Carl Jung
, trajo la ley mística de la sincronicidad en el lenguaje común y luego se abrió camino en la conciencia general. Comúnmente entendida, se refiere a una reunión de acontecimientos que suceden para coordinarse con algo que estás experimentando en ese mismo tiempo. A veces, un evento sincrónico es localizado, lo que significa que el acontecimiento psíquico y el evento físico se presentan en el mismo lugar al mismo tiempo. Jung llamó a eso la primera categoría de eventos sincrónicos. Pensando en alguien y luego viendo a esa persona un minuto más tarde o recibir una llamada telefónica los cinco segundos después de pensar en su nombre, son ejemplos de lo que él llamaría la segunda categoría de eventos sincrónicos, es decir, que dos personas tengan pensamientos mutuos el uno del otro separados por la distancia. 
Todos hemos experimentado eventos sincrónicos - algunas a pequeña escala, algunas a gran escala. Se pasan todo el tiempo. ¿Puede una persona influyir en la Ley de sincronicidad? ¡Qué fascinante es esa pregunta! ¿Qué hace a un evento sincrónico o un momento de encuentro? Y ¿algunas personas son más receptivas a los eventos sincrónicos que otros? Todas esas preguntas son dignas en una tarde de conferencia (y es por eso que estoy haciendo un taller sobre las Leyes Místicas en Abril), pero voy a tratar cada uno de ellos en breve. (Otras Leyes Místicas incluyen las leyes que rigen la desaparición y el destino, las leyes místicas de curación y la Ley Mística de la transformación). 

¿Por qué es el conocimiento de este tipo tan importante? Debido a que interactúas con estas leyes con cada respiración que tomas. Nada acerca de tu vida es casual o fortuito. Por otro lado, la hay literatura abundante sobre cómo puedes "crear tu propia realidad" sólo por pensar "pensamientos positivos". ¿Cuántos pensamientos positivos? ¿Uno? ¿Dos?¿ Está creando tu realidad entera así de simple? ¿Qué pasa con todos sus pensamientos inconscientes negativos - que pasa con ellos? La tendencia en esta sociedad contemporánea espiritual es tomar estas leyes místicas extraordinarias y reducirlas a una guía de usuario a la felicidad - que no hay nada malo en la felicidad. Pero se olvida de toda una galaxia, centrándose en un solo planeta, si se entiende lo que quiero decir. Estas leyes gobiernan el universo invisible y sugieren que una armonía ideal (no la felicidad, sino el equilibrio armónico) coexiste entre el reino del alma y el físico. Esa misma relación en el ámbito macro es lo que cada persona contiene en el micro como un individuo y por lo tanto estas leyes operan como un mini-universo dentro de cada ser humano. 

Nacemos sabiendo esta verdad, aunque no en el detalle intelectual en el que estoy ahora comunicándome. Más bien, nacemos con una conciencia inherente de estas leyes místicas. Nacemos con un tipo de deseo de experimentar asombro y quedarnos sin aliento con los eventos más grandiosos que lo ordinario. Y si no ocurren de manera natural o sobrenatural (como en la inspiración divina), entonces los creas sólo para conseguir nuestra adrenalina a máxima velocidad debido a que parte de nosotros quiere hacerlo a través de la barrera de la "velocidad de la tierra" con el fin del toque místico ingravidez. Pregúntele a cualquiera que empuja el sobre por qué arriesgan su vida haciendo el deporte más escandaloso, por ejemplo, y sus respuestas apuntan a la nostalgia de una experiencia mística. Muchos hablan de "se pierden en el momento" o "sensación de ingravidez" sólo por un segundo, como si el tiempo se detiene. Esa es una descripción de una experiencia mística, no una física. Es lo mejor que una persona puede lograr por su cuenta sin la adición de "velocidad de gracia" máxima, pero es sin duda una muestra de la emoción de "ingravidez mística". No por nada los atletas se vuelven adictos al "subidón” de esas experiencias. Ellos literal, y simbólicamente están en las “alturas”. 

La ley de la sincronicidad, entonces, es una de las muchas leyes místicas que gobiernan el mundo invisible. Estas leyes Místicas trabajan en asociación con las leyes del mundo físico, tales como el movimiento, velocidad, gravedad, etc. Las leyes Místicas trabajan de manera sutil, pero son tan íntimas como la respiración. ¿Cuándo no estamos "pensando" o "reaccionando emocionalmente" o estresados o sin estrés o creando o enojados o no enojados o enamorados o el corazón roto? Estamos, en otras palabras, siempre "en movimiento psíquico" y nuestra energía es por lo menos una parte de la sustancia de estas leyes funcionando en nuestras vidas. 

Al igual que los atletas que experimentan un alto peso en una experiencia en una cumbre, es posible tomar muestras de esa misma sensación cuando te das cuenta que estás en medio de un evento sincrónico. Inmediatamente, tus sentidos están más alerta a medida que saltas por encima del medio ambiente. Te encuentras digitalizando los detalles minúsculos, cada uno en la reserva de un potencial significado simbólico. Al instante comienzas a preguntarte sobre el "significado" de esos momentos en particular por sobre los otros momentos ordinarios del día en que no ocurrió nada sincrónico. Este tipo de preguntas levantan tu pensamiento sobre el suelo. ¿Dónde? A alturas místicas - un evento sincrónico en última instancia, hace que te preguntes sobre el propósito, sentido, significado y el destino. Por supuesto, tu asombro no siempre será abrumador en cada evento sincrónico, pero porque son, en esencia, chispas místicas - una fusión de los reinos psíquicos y físicos reunidos - estás experimentando una ley mística en movimiento actuando directamente a través del corredor de tu vida. Y eso es impresionante. 

Mientras describo brevemente mis propias observaciones sobre la ley de sincronicidad, quiero que pienses en ti como una variable activa. Tú eres el factor X en tu propia vida, un ingrediente activo que puede iniciar un evento sincrónico o disipar la energía de uno. Tú eres el objeto, entonces, que necesita ser entendido, además de la Ley de la sincronicidad. 
1.¿ Puede una persona influenciar actos de sincronicidad, es decir, algunas personas son más propensas a experimentar eventos sincrónicos, y si es así, por qué? Nos pueden influir e influyen todas las leyes místicas, como la Ley de la sincronicidad. Esta ley en particular parece estar mucho más animada en torno a una persona que carece de una historia pesada emocional / mental / psíquico. Dicho de otra manera, una persona que vive sobre todo en "tiempo presente" está viviendo en armonía con los activos naturales de esta ley. 
2. La Adaptabilidad y la habilidad de responder son dos cualidades que parecen magnetizar la sincronicidad. La voluntad de una persona para adaptarse a la oportunidad que un evento sincrónico presenta con vacilación mínima salta justo hacia la magia del momento. Esa persona tiene "la capacidad de responder-". Este es un gran problema ya que la mayoría de la gente duda en exceso y tiene cautela y temor por las consecuencias de sus acciones. Como resultado, la mayoría de las personas buscan continuamente en su pasado en busca de inspiración en cuanto a lo siguiente para elegir, y muchas veces terminan estancándose. La capacidad de reconocer una oportunidad como una colocación divina de sincronicidad, y luego responder a ese momento de una manera que, debido a esa oportunidad asegura a una persona a un "seguimiento" de experiencia sincrónica, o si no, a una serie de ellas. Se trata de una persona que está viviendo ahora en el flujo de una ley mística. 
3. Una persona no puede hacer que sucedan un cierto tipo de eventos sincrónicos. No tenemos ningún control sobre los tipos de eventos o el tiempo de ellos. 
4. El por qué y cuándo ocurren eventos sincrónicos parece estar conectado con los puntos de elección más o menos en la vida de una persona. La importancia de estos puntos de elección varía, pero el denominador común es que un momento sincrónico o la experiencia es un punto de elección. 
5. Tú como variable activa debes tomar el tiempo para reflexionar acerca de si tú eres un ancla psíquica en tu propia vida o de alguien que es capaz de una respuesta inmediata y dinámica. Esta es una cuestión digna de horas y horas de reflexión y no sólo en cuanto a la ley de sincronicidad, pero todas las demás leyes místicas. En concreto, alguien que lucha con el cambio, que teme a lo desconocido y a nuevas ideas y sugerencias, se debilita o agota el campo de la energía requerida para eventos sincrónicos. 
Continuando con la conversación: 

Mi amigo y yo charlamos durante bastante tiempo sobre la Ley de Sincronicidad y mi observación sobre, cómo estar en presente, aumenta la probabilidad de eventos sincrónicos. ¿Cómo no puede suceder eso? Es tan enérgicamente lógico. Por supuesto, la conversación tuvo que incluir esta pregunta: ¿y sabe la gente cuando están saboteando un evento sincrónico? Cuestión fascinante. Voy a tener que pensar en eso y guardar la respuesta para mi próximo taller sobre las leyes místicas. 
Mientras tanto, permítanme dejarles con esta idea: Cuando un evento/momento sincrónico se produce, lo hace porque algunos elementos de la esfera psíquica y física empatan. Yo siempre lo tomo como una señal de que estoy en una encrucijada, un punto de elección. Esta decisión no puede ser enorme - o puede ser. Pero yo siempre me pregunto en un momento sincrónico, "¿Qué elección me ocurre?" Y luego actúo en consecuencia. 
Este universo es un místico país de las maravillas, por decir lo menos. Así que los dejo con la pregunta que inició la conversación con mi amigo muy querido, "¿Te sientes más fascinado por lo que se puede ver, o por lo que no puedes ver?" Reflexiona sobre eso, ahora imagina que no hay tal cosa como un espacio vacío. 



martes, 30 de agosto de 2011

La Rueda de la Vida - Elizabeth Kübler-Ross



La casualidad no existe

Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la Tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa.Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y regresamos a nuestro hogar, a Dios. De una carta a un niño enfermo de cáncer “EL RATÓN” (infancia).Al ratón le gusta meterse por todas partes,es animado y juguetón, y va siempre por delante de los demás.“EL oso” (edad madura, primeros años)El oso es muy comodón y le encanta, hibernar. Al recordar su mocedad, se ríede las correrías del ratón.“EL BÚFALO” (edad madura, últimos años).Al búfalo le gusta recorrer las praderas.Confortablemente instalado, repasa suvida y anhela desprenderse de su pesadacarga para convertirse en águila.“EL ÁGUILA” (años finales).Al águila le entusiasma sobrevolarel mundo desde las alturas, no a fin decontemplar con desprecio a la gente, sinopara animarla a que mire hacia lo alto. 

1. LA CASUALIDAD NO EXISTE.

 Tal vez esta introducción sea de utilidad. Durante años me ha perseguido la mala reputación. La verdad es que me han acosado personas que me consideran la Señora de la Muerte y del Morir. Creen que el haber dedicado más de tres decenios a investigar la muerte y la vida después de la muerte me convierte en experta en el tema. Yo creo que se equivocan.La única realidad incontrovertible de mi trabajo es la importancia de la vida.Siempre digo que la muerte puede ser una de las más grandiosas experiencias de la vida. Si se vive bien cada día, entonces no hay nada que temer.Tal vez éste, que sin duda será mi último libro, aclare esta idea. Es posible que plantee nuevas preguntas e incluso proporcione las respuestas.Desde donde estoy sentada en estos momentos, en la sala de estar llena de flores de mi casa en Scottsdale (Arizona), contemplo mis 70 años de vida y los considero extraordinarios. Cuando era niña, en Suiza, jamás, ni en mis sueños más locos —y eran realmente muy locos—, habría pronosticado que llegaría a ser la famosa autora de Sobre la muerte y los moribundos, una obra cuya exploración del último tránsito de la vida me situó en el centro de una polémica médica y teológica. Jamás me habría imaginado que después me pasaría el resto de la vida explicando que la muerte no existe.Según la idea de mis padres, yo tendría que haber sido una simpática y devota ama de casa suiza. Pero acabé siendo una tozuda psiquiatra, escritora y conferenciante del suroeste de Estados Unidos, que se comunica con espíritus de un mundo que creo es mucho más acogedor, amable y perfecto que el nuestro. Creo que la medicina moderna se ha convertido en una especie de profeta que ofrece una vida sin dolor. Eso es una tontería. Lo único que a mi juicio sana verdaderamente es el amor incondicional.Algunas de mis opiniones son muy poco ortodoxas. Por ejemplo, durante los últimos años he sufrido vanas embolias, entre ellas una de poca importancia justo después de la Navidad de 1996. Mis médicos me aconsejaron, y después me suplicaron, que dejara el tabaco, el café y los chocolates. 


Pero yo continúo dándome esos pequeños gustos. ¿Por qué no? Es mi vida.Así es como siempre he vivido. Si soy tozuda e independiente, si estoy apegada a mis costumbres, si estoy un poco desequilibrada, ¿qué más da? Así soy yo.De hecho, las piezas que componen mi existencia no parecen ensamblarse bien. Pero mis experiencias me han enseñado que no existen las casualidades en la vida. Las cosas que me ocurrieron tenían que ocurrir.Estaba destinada a trabajar con enfermos moribundos. Tuve que hacerlo cuando me encontré con mi primer paciente de sida. Me sentí llamada a viajar unos 200.000 kilómetros al año para dirigir seminarios que ayudaban a las personas a hacer frente a los aspectos más dolorosos de la vida, la muerte y la transición entre ambas. Más adelante me sentí impulsada a comprar una granja de 120 hectáreas en Virginia, donde construí mi propio centro de curación e hice planes para adoptar a bebés infectados por el sida. Aunque todavía me duele reconocerlo, comprendo que estaba destinada a ser arrancada de ese lugar idílico.En 1985, después de anunciar mi intención de adoptar a bebés infectados por el sida, me convertí en la persona más despreciada de todo el valle Shenandoah, y aunque pronto renuncié a mis planes, un grupo de hombres estuvo haciendo todo lo posible, excepto matarme, para obligarme a marcharme. Disparaban hacia las ventanas de mi casa y mataban a tiros a mis animales. Me enviaban mensajes amenazadores que me hicieron desagradable y peligrosa la vida en ese precioso paraje. Pero aquél era mi hogar, y obstinadamente me negué a hacer las maletas.Viví casi diez años en la granja de Head Waters en Virginia. La granja era justo lo que había soñado, y para hacerla realidad invertí en ella todo el dinero ganado con los libros y conferencias. Construí mi casa, una cabaña cercana y una alquería. Construí también un centro de curación donde daba seminarios, reduciendo así el tiempo dedicado a mi ajetreado programa de viajes. Tenía el proyecto de adoptar a bebés infectados por el sida, para que disfrutaran de los años de vida que les quedaran, los que fueran, en plena naturaleza.La vida sencilla de la granja lo era todo para mí. Nada me relajaba más después de un largo trayecto en avión que llegar al serpenteante camino que subía hasta mi casa. El silencio de la noche era más sedante que un somnífero. Por la mañana me despertaba la sinfonía que componían vacas, caballos, pollos, cerdos, asnos, hablando cada uno en su lengua. Su bullicio era la forma de darme la bienvenida. Los campos se extendían hasta donde alcanzaba mi vista, brillantes con el rocío recién caído. Los viejos árboles me ofrecían su silenciosa sabiduría. Allí se trabajaba de verdad. El contacto con la tierra, el agua y el sol, que son la materia de la vida, me dejó las manos mugrientas.Mi vida.Mi alma estaba allí.Entonces, el 6 de octubre de 1994 me incendiaron la casa.Se quemó toda entera, hasta el suelo, y fue una pérdida total para mí. El fuego destruyó todos mis papeles. Todo lo que poseía se transformó en cenizas.Atravesaba a toda prisa el aeropuerto de Baltimore a fin de coger un avión para llegar a casa cuando me enteré de que ésta estaba en llamas. El amigo que me lo dijo me suplicó que no fuera allí todavía. Pero toda mi vida me habían dicho que no estudiara medicina, que no hablara con pacientes moribundos, que no creara un hospital para enfermos de sida en la cárcel, y cada vez, obstinadamente, yo había hecho lo que me parecía correcto y no lo que se esperaba que hiciera. Esa vez no sería diferente.Todo el mundo sufre contratiempos en la vida. Cuanto más numerosos son más aprendemos y maduramos.El viaje en avión fue rápido. Muy pronto ya estaba en el asiento de atrás del coche de un amigo que conducía a toda velocidad por los oscuros caminos rurales. Desde varios kilómetros de distancia distinguí nubes de humo y lenguas de fuego que se perfilaban contra un cielo totalmente negro. Era evidente que se trataba de un gran incendio. 




Cuando ya estábamos más cerca, la casa, o lo que quedaba de ella, casi no se veía entre las llamas. Aquélla era una escena digna del infierno. Los bomberos dijeron que jamás habían visto algo semejante. Debido al intenso calor no pudieron acercarse a la casa hasta la mañana siguiente.Esa primera noche busqué refugio en la alquería, que no se hallaba lejos de la casa y estaba habilitada para acoger a mis invitados. Me preparé una taza de café, encendí un cigarrillo y me puse a pensar en la tremenda pérdida que representaban para mí los objetos carbonizados en ese horno ardiente que en otro tiempo fuera mi casa. Era algo aniquilador, pasmoso, incomprensible. Entre lo que había perdido estaban los diarios que llevaba mi padre desde que yo era niña, mis papeles y diarios personales, unos 20.000 historiales de casos relativos a mis estudios sobre la vida después de la muerte, mi colección de objetos de arte de los indios norteamericanos, fotografías, ropa, todo.Durante 24 horas permanecí en estado de conmoción. No sabía cómo reaccionar, si llorar, gritar, levantar los puños contra Dios, o simplemente quedarme con la boca abierta ante la férrea intromisión del destino. La adversidad sólo nos hace más fuertes. Siempre me preguntan cómo es la muerte. Contesto que es maravillosa. Es lo más fácil que vamos a hacer jamás.La vida es ardua. La vida es una lucha. La vida es como ir a la escuela; recibimos muchas lecciones. Cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones.Aquélla era una de esas ocasiones, una de las lecciones. Dado que no servía de nada negar la pérdida, la acepté. ¿Qué otra cosa podía hacer? En todo caso, era sólo un montón de objetos materiales, y por muy importante o sentimental que fuera su significado, no eran nada comparados con el valor de la vida. Yo estaba ilesa, mis dos hijos, Kenneth y Barbara, ambos adultos, estaban vivos. Unos estúpidos habían logrado quemarme la casa y todo lo que había dentro, pero no podían destruirme a mí.Cuando se aprende la lección, el dolor desaparece. Esta vida mía, que comenzara a muchos miles de kilómetros, ha sido muchas cosas, pero jamás fácil. Esto es una realidad, no una queja. He aprendido que no hay dicha sin contratiempos. No hay placer sin dolor. ¿Conoceríamos el goce de la paz sin la angustia de la guerra? Si no fuera por el sida, ¿nos daríamos cuenta de que el mundo está en peligro? Si no fuera por la muerte, ¿valoraríamos la vida? Si no fuera por el odio, ¿sabríamos que el objetivo último es el amor?Me gusta decir que “Si cubriéramos los desfiladeros para protegerlos de los vendavales, jamás veríamos la belleza de sus formas”.Reconozco que esa noche de octubre de hace dos años fue una de esas ocasiones en que es difícil encontrar la belleza. Pero en el transcurso de mi vida había estado en encrucijadas similares, escudriñando el horizonte en busca de algo casi imposible de ver. En esos momentos uno puede quedarse en la negatividad y buscar a quién culpar, o puede elegir sanar y continuar amando. Puesto que creo que la única finalidad de la existencia es madurar, no me costó escoger la alternativa.Así pues, a los pocos días del incendio fui a la ciudad, me compré una muda de ropa y me preparé para afrontar cualquier cosa que pudiera ocurrir a continuación.En cierto modo, ésa es la historia de mi vida.