viernes, 28 de septiembre de 2012

La homeopatía, ¿quimera o ciencia?

Durante la edición de ésta página se agregaron los enlaces del video "El Fraude de la Homeopatía". Dicho video únicamente prueba la ignorancia que poseemos de lo que realmente ocurre dentro y en el cuerpo humano y sus distintas dimensiones. Le sugerimos ampliamente al lector que lo vea completa y detenidamente, pues encontrará muchísimos elementos importantísimos pasados por alto en él.





Casi 10.000 médicos en España prescriben productos de esta especialidad, cuestionada por científicos y facultativos


La cebolla (Allium cepa) constituye uno de los ingredientes base para un buen sofrito. Pero también puede curar un resfriado común. La tinta de la sepia (Sepia officinalis) es imprescindible para un exquisito arroz negro, pero está recomendada para trastornos hormonales, menopáusicos y menstruales. Y el azufre (sulphur) no sólo sirve para matar el oídio -un hongo de la vid-, sino también para curar enfermedades de la piel. Y así un largo etcétera. Nada menos que 3.000 sustancias de origen vegetal, animal y mineral utiliza la homeopatía paracurar patologías, sean leves, graves o crónicas.


¿Por qué escribir curar en cursiva? Pues sencillamente porque hay científicos y médicos a quienes esto de la homeopatía -como terapia o terapéutica natural- les parece una patraña. El Parlamento británico, por ejemplo, dictaminó en febrero que el único efecto curativo era el del placebo. Pero, además, nadie ha demostrado la vía por la cual esas bolitas -como anises- interaccionan en el organismo y llegan a variar el curso de una enfermedad. Si es que la varían y si es que interactúan, porque la homeopatía despierta filias y fobias, y suscita maniqueas opiniones. O se defiende a ultranza (en Reino Unido y Francia está incluida en la sanidad pública) o se denuesta. No hay término medio. Como mucho, puede encontrarse algún facultativo inusualmente escéptico.


La terapia se basa en el principio de similitud: lo semejante cura


Las píldoras se fabrican a partir de sustancias vegetales, minerales o animales


Los partidarios admiten que aún no se ha demostrado la forma de curación


El Parlamento británico sostiene que se trata de un efecto placebo


Los jueces tumbaron el decreto catalán que regualaba las terapias naturales


Reino Unido, Francia y Alemania financian la homeopatía



España lleva 18 años sin aprobar productos homeopáticos



La medicina homeopática se basa en el principio de similitud, es decir, una misma sustancia responsable de determinados síntomas también puede aliviarlos o neutralizarlos, siempre y cuando se administre de forma correcta (Lo semejante, con lo semejante se cura). Por ejemplo, la cebolla provoca lagrimeo e irritación de garganta, pero aligera un resfriado común. La cafeína produce insomnio o taquicardias, pero también puede inducir un ritmo cardiaco normal. Esta reacción se debe a la presencia en los medicamentos de esa sustancia en dosis infinitesimales, que se obtienen mediante procesos denominados de potenciación o dinamización (varias sacudidas de la dilución). Pero el origen de la polémica sobre su eficacia radica en que la dilución es tan acusada que a veces no queda ni una sola molécula de ese principio activo original. Por esta razón, Joan Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, se refiere a los medicamentos homeopáticos como "la medicina del agua". "Para comenzar, no contienen nada porque la concentración del supuesto principio activo es infinitesimal. Y si dividimos por infinito, el resultado es nada. No hay un principio activo que desencadene una respuesta fisiológica en el organismo que mejore su estado de salud", concluye.

Sin embargo, Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008 por haber descubierto el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), no comparte esta opinión: "Se ha observado que ciertas diluciones dentro del agua en las que no queda materia sí registran, en cambio, vibraciones. Esta dilución puede reconstruir la información genética de la materia. Una información instructiva de la que la homeopatía no puede olvidarse, a pesar de que muchos críticos dicen que no hay nada. Pero sí hay algo. Nosotros hemos demostrado que hay estructuras en el agua que son inducidas por vibraciones electromagnéticas".

A raíz de este descubrimiento, los médicos homeópatas sostienen que la reacción que se origina en el organismo no es química, como sucede con los medicamentos alopáticos, sino de carácter físico, pero siguen sin aclarar cómo actúa. "Los estudios científicos que se han presentado y que demuestran que la homeopatía tiene un efecto superior al del placebo evidencian que eso es así, que nuestro organismo reacciona al medicamento. Hemos demostrado que el principio de similitud existe y funciona", rebate Assumpta Mestre, que dirige la sección de homeopatía del Colegio de Médicos de Cataluña.

Pero Montagnier añade: "¿Física o química? Es más complicado. Pero es verdad que se puede explicar el efecto de los medicamentos después de la dilución por el hecho de que la estructura del agua puede seguir representando a la molécula. El agua puede conservar la forma y la información del principio activo de la molécula". Una teoría que explicaría la influencia sobre el organismo de esa sustancia primitiva, aunque no quedara ni una sola molécula del original.

"Los mecanismos de acción de los medicamentos homeopáticos son muy variables. Lo que conocemos sobre cómo actúa la aspirina es muy distinto de lo que sabíamos 30 años atrás. Lo importante es que cure, cómo lo consigue la sustancia es secundario", añade Antonio Marqués, también médico homeópata con consulta en Canarias. Por el contrario, Joan Ramon Laporte responde: "Encontrar en el lugar de un asesinato la huella de un pie puede darte información sobre el tipo de zapato o el peso del individuo, pero no demuestra que haya sido el asesino. En homeopatía, igual: una persona puede curarse por simple cálculo estadístico, pero no demuestra que haya sido gracias a lo que ha tomado".

En España se calcula que 3.000 médicos de atención primaria, 2.000 pediatras y 4.600 facultativos de otras especialidades prescriben medicamentos homeopáticos. "Hace 20 años que me dedico a la homeopatía. Soy licenciada en Medicina y no paro de ampliar mis conocimientos en este campo. ¿Usted cree que si no tuviera evidencias y pruebas de su eficacia me habría pasado dos décadas ejerciéndola? Por Dios, soy médico, no una bruja con mis bolitas", se defiende Maite Bravo, que dirige los másteres de homeopatía en la Universidad de Barcelona, unos estudios de dos años que se iniciaron en 1995 y que requieren 320 horas lectivas y 140 de prácticas. Sólo pueden matricularse médicos, veterinarios o estudiantes de Medicina del último curso. También ese año empezaron a impartirse los másteres en la Universidad de Sevilla, de 500 horas lectivas.

¿Tanta formación para una terapia que algunos vilipendian? "Pues sí, la gente que critica la homeopatía lo hace por puro desconocimiento. Nosotros trabajamos con 3.000 medicamentos, de los cuales usamos con más frecuencia entre 250 y 300, porque cada individuo requiere un tratamiento personalizado. Si no, no funciona", agrega Bravo.

Un homeópata dedica a sus pacientes una media de 60 minutos por visita porque su objetivo es encontrar el origen real de su enfermedad y muchas veces no es de carácter físico, sino psicológico, de su fuerza vital. "Una enfermedad no es un hecho aislado, se ha de conocer muy bien al enfermo", explica Bravo, quien reconoce que los médicos tradicionales también curarían más a sus enfermos en los ambulatorios si les concedieran 30 minutos en vez de los 5 o 10 habituales.

La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria ha elaborado una guía en la que recomienda las terapias homeopáticas para 30 patologías diferentes. Por ejemplo, síndromes gripales, infecciones de las vías respiratorias, fibromialgia, fatiga crónica, otitis, asma, depresión o insomnio. Incluso se asegura que en el caso de infecciones por VIH se produce un aumento de los CD4 y de los linfocitos T. La guía asegura que estos medicamentos tienen escasos efectos secundarios, pero advierte de que sólo pueden ser prescritos por personas licenciadas en Medicina y formadas en homeopatía.

Se trata tan sólo de una recomendación, porque España carece de normativa sobre el ejercicio de la homeopatía, al contrario de lo que sucede en Francia, Alemania y Reino Unido donde está incluida en la sanidad pública y existen hospitales específicos. En España sólo se reconoce la homeopatía como acto médico. Primero fue el Congreso de los Diputados, en septiembre, el que lo aprobó por unanimidad. Tres meses después, la Organización Médica Colegial (OMC) tomó la misma decisión. "La homeopatía requiere un diagnóstico previo, una indicación terapéutica y ser realizada por personal especializado y en centros sanitarios debidamente autorizados", apunta Cosme Naveda, coordinador del área de terapias médicas no convencionales de la OMC. Naveda se define como un escéptico, "yo no me dedico a esto, visito en un ambulatorio, pero en medicina se puede hacer daño al paciente por acción u omisión. En homeopatía seguro que no por acción, porque no hay efectos secundarios, pero si no se realiza un diagnóstico claro, se puede entretener el problema y demorar su tratamiento".

Cataluña ha sido la única comunidad que se ha atrevido a regular el ejercicio de las terapias naturales, incluida la homeopatía, pero el Tribunal Superior de Justicia tumbó el decreto en junio de 2007 por invasión de competencias del Gobierno central. La Academia Médico-Homeopática de Barcelona recurrió la norma porque facultaba a cualquier persona, sin ser médico, para ejercer esta especialidad una vez demostrada su formación. En la sentencia, los jueces escribían: "No les falta razón a los recurrentes cuando afirman que el decreto supone autorizar a personas que no son licenciadas en Medicina para que puedan recetar medicamentos homeopáticos previo al diagnóstico de enfermedades".

Josep Davins, subdirector de Recursos Sanitarios de la Generalitat, explica que los facultativos entendieron mal la normativa, porque "no se pretendía regular la práctica médica, sino la no médica, y combatir el intrusismo. Queríamos proporcionar seguridad a los ciudadanos".

El Ministerio de Sanidad constituyó en abril de 2008 una comisión con las comunidades autónomas para tratar de legislar sobre el ejercicio de las terapias naturales de forma armónica. Pero son tan heterogéneas las prácticas (homeopatía, acupuntura, osteopatía, plantas medicinales, etcétera) que por ahora la comisión sólo ha recopilado la legislación europea sobre el asunto. En Francia y en Alemania la homeopatía está reservada exclusivamente a los médicos y en Reino Unido hay cuatro hospitales homeopáticos en la red pública (Londres, Bristol, Liverpool y Glasgow). No obstante, en febrero, una comisión del Parlamento británico conminó al Gobierno a retirar los 4,5 millones de euros que le cuesta al servicio nacional de salud esta medicina alternativa, por considerar que la homeopatía carece de consistencia médica. Pero el Gobierno laborista británico se niega a ello. "Aquí, en España, si estuvieras ingresado en un hospital y pidieras un tratamiento homeopático, te darían el alta en dos minutos", se queja Bravo. "¿Cuántos años estuvo la humanidad sin saber por qué caían las manzanas hasta que Newton lo explicó? Pues aquí lo mismo", agrega Assumpta Mestre.

Pero, convenza o no, la homeopatía cuenta cada día con mayor número de adeptos, no sólo entre los pacientes, sino también entre los médicos. El número de pediatras que optan por estos tratamientos se ha disparado en los últimos años, sobre todo por el perfil de seguridad de los medicamentos y la facilidad de administrarlos. Y sí, son medicamentos, no chuches, según todas las directivas europeas y la Agencia Española del Medicamento. Como tal, se venden en las farmacias. "Efectivamente, estamos hablando de medicamentos con eficacia demostrada con estudios científicos y ensayos, al igual que sucede con los medicamentos convencionales, los alopáticos", comentan representantes de la Agencia Española del Medicamento. Si no, no estarían en el mercado.

lunes, 9 de abril de 2012

Acerca de la Psiconeuroinmunología





Entrevista a: Stella Maris Maruso, terapeuta que aplica la psiconeuroendocrinoinmunología:

Tengo 55 años. Nací en Buenos Aires, donde vivo. Educo a personas que atraviesan crisis severas. Estoy casada y he criado cuatro hijos. ¿Política? Ayudar a los demás a vivir hasta el último instante. ¿Dios? No soy religiosa, soy espiritual: experimentar la trascendencia me sana


¿Cuántos pacientes? 
Casi 30.000 en los últimos 30 años, con enfermedades de todo tipo, cánceres... 


¿Cómo los ayuda? 
No tratando de no morir, sino de vivir hasta morir. De morir bien. 
¿Qué es morir bien? 
Vivir hasta el último instante con plenitud, intensamente. Vivir más no es más tiempo, sino sentirte alegre por estar aquí y ahora. 


¿Acaso no vivían antes de enfermarse? 
¡Muchos agradecen que su cáncer les haya enseñado a ser felices, a vivir! La enfermedad es una oportunidad de enriquecerse. 


Mejor que no llegue. 
¡Pero llega! El dolor entra en todas las casas. ¡Y esto hay que saberlo! Deberíamos aprender desde niños que morir es parte de la vida, y a fortalecernos en cada contrariedad.


No nos lo enseñan, es verdad. 
Al no aprender a dominar la mente, vivimos arrastrados por ella. Eso es malvivir. ¡La mente es demasiado loca para confiarle tu vida! Confíale tus negocios, ¡pero no tu vida! 


¿Por qué no? 
La mente va de excitación en excitación, te impide gozar la vida. Los médicos dicen que padecemos "síndrome de déficit de deleite": ¡no sabemos gozar de lo que nos da la vida! 
Yo lo procuro. 
Un 10% es lo que te pasa y un 90% es lo que haces con lo que te pasa. 
Cuestión de actitud. ¿Cuál es la mejor?
Sentir pasión ante la incertidumbre de la vida, ante lo que sea que vaya a traerte. 


¿Sea lo que sea? 
Sí. Los psiquiatras detectan que hoy padecemos de neurosis noógena: falta de responsabilidad y sentido de la propia existencia. 


Pues sí que andamos mal. 
Sí, pero la ciencia vanguardista trae buenas noticias: acudiendo a tu interior puedes obtener todo lo que necesites, producir endógenamente todas las drogas analgésicas, euforizantes... ¡Puedes aprender a sanarte! 






¿Y prescindir de la medicina? 
Hablo de la tercera revolución de la medicina: después de la cirugía y los antibióticos, llega la psiconeuroendocrinoinmunología. 


A ver si me cabe la palabra en una línea.
Es la disciplina que integra psiquismo y biología, tras treinta años de investigaciones de sabios como Carl Simonson, Robert Ader, Stanley Krippner... 


¿Qué postulan? 
La interconexión del sistema nervioso central, el nervioso periférico, el endocrino y el inmunológico. Te lo resumo: ¡las emociones modifican tu capacidad inmunológica! 


¿O sea que una emoción puede enfermarme?
La angustia ante lo incierto, el miedo, la desesperanza, elremordimiento, la rabia... ¡Cada una tiene su bioquímica! Y es venenosa, es depresora del sistema inmunológico. 


¿De un día para otro? 
La salud no es un estado: es un proceso, y muy dinámico. ¡Por tanto, siempre puedes reforzar tu salud si trabajas tus emociones! 


¿Las trabaja usted con sus pacientes? 
Sí. Hay pacientes ordinarios, sumisos a creencias establecidas, y pacientes extraordinarios, que generan creencias sanadoras. 


Creer que puedes curarte... ¿puede curarte? 
Hay un viejo experimento famoso: a cuarenta mujeres con cáncer de mama, el médico les contó que la quimioterapia las dejaría calvas. Luego, sólo suministró quimioterapia a veinte mujeres y dejó que las otra veinte creyesen recibirla... 


Y no me diga que... 
Sí, sí: el 60% de las segundas quedaron tan calvas como las tratadas con quimioterapia. ¿Qué modificó la bioquímica interna de esas mujeres? ¡Sus propias creencias! 






Inducidas por el médico. 
Lo que demuestra el enorme poder del médico. ¡El médico puede estimular con su actitud la capacidad autocurativa del paciente! Un hijo mío es médico: a él y a todos los médicos les ruego que jamás le digan a un paciente que su condición biológica es irreversible. Ese es el único pecado médico. 


Pues hay diagnósticos que desahucian.
Son condenas: matan más que el tumor. Acepta el diagnóstico que sea, ¡pero jamás aceptes un pronóstico! Jamás: si abandonas la esperanza de mejorar, de luchar por tu propia salud..., activas el suicidio endógeno. 


Pero sembrar falsas esperanzas... 
¿Falsas? A mi padre le pronosticó el médico tres meses de vida por un diagnóstico de cáncer de próstata diseminado al hígado. Trabajamos juntos con amor, relajación, meditación, nutrición... y al año no tenía células cancerosas. Vivió 18 años más. 


¿Qué dijo su médico? 
"Milagro", dijo. Remisión espontánea. Desde ese día cerré mi empresa y me volqué a ayudar a otros como a mi padre. Y yo hoy vivo en la frontera del milagro: la remisión es un efecto colateral en enfermos que han abrazado las fuerzas de la salud, la vida. 


¿Cómo han dado ese abrazo? 
Sintiendo que la enfermedad enriquece su vida y que morir no es un castigo, ampliando el círculo de lo que les importa y poniéndose al servicio con amor por la vidaque nos traspasa, escapando de su cabeza y empezando a sentir: a reír, a llorar... Se han permitido asombrarse y han experimentado estados de trascendencia.


¿Qué entiende por trascendencia? 
Liberarte de tu historia pasada y del temor por la futura. La meditación ayuda mucho. Y eso cambia tu bioquímica: estás sano, ¡vives! Por el tiempo que sea, estás vivo.
-----------El cáncer de su padre le enseñó cómo ayudar a miles de pacientes desde su Fundación Salud (www.fundacionsalud.org.ar), en Argentina, avalada por científicos de primera fila que la invitan a la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard a participar en seminarios de curación espiritual (sic): por aquí aún no nos suena, pero ella me asegura que será el nuevo paradigma médico, en el que el paciente dejará de ser visto como una máquina estropeada que tenga que ser reparada o desahuciada. Esta señora entusiasta me enseña que todo lo que como, pienso y siento va tejiendo mi salud, y que puedo aprender a tejer. 





"Hay emociones que pueden matar y otras que te SANAN" 

lunes, 20 de febrero de 2012

Todo se puede curar. Tu puedes curarlo todo.




Por Martin Brofman.



Cada síntoma tiene asociada una cierta forma de ser. Para poder liberar el síntoma, debe liberarse la forma de ser asociada con éste. Así pues, el proceso de curación implica un proceso de transformación. Todo se puede curar.



Uno o dos meses de vida



Cuando tuve un cáncer terminal en 1975, me pronosticaron que me quedaban uno o dos meses de vida, y que el final podía llegar de repente, en cualquier momento, si tosía o estornudaba. Me encaré con una realidad donde cada día podía ser mi último día, cada hora mi última hora, y me di cuenta de que cualquiera que fuese el tiempo limitado que me quedase, quería ser feliz.



No tenía sentido vivir en un compromiso. Ya que cada comida era posiblemente la última que comiera, quería comer lo que me viniera en gana, comer lo que a mi cuerpo le apeteciese. No tenía sentido comer lo que no disfrutaba solamente por el hecho de que alguien pensase que sería saludable para mí. Reconocía sus intenciones de amor, pero sabía que no iban con mi forma de ser. Mi camino hacia la salud debía incluir un sentido de placer en todo lo que hacía, y tenía que ser coherente conmigo mismo, ser auténtico. Tenía que creer en el proceso de sanación.



¡Prórroga!



Entonces, me sugirieron que el cáncer era el resultado de un proceso que había empezado en mi conciencia, y que podía usar mi conciencia para deshacerme de él. Mi conciencia había sido el resultado de un programa, de la misma forma en que los resultados que produce una computadora son el efecto de la forma en que fueron programados, yo podía reprogramar mi conciencia.



Me presentaron la idea de que nuestra percepción crea nuestra realidad, y me di cuenta de que debía reprogramar mi conciencia para crear la percepción de que estaba bien. No estaba preparado para un cambio tan brusco, desde la percepción de que era un enfermo terminal, pero me di cuenta de que podía crear mucho más fácilmente la percepción de que me encontraba cada vez mejor y mejor, hasta que estuviera verdaderamente bien.



Había tenido la percepción de que estaba en un estado de deterioro, acercándome cada vez más a la muerte, y supe que si quería tener como resultado final la percepción de que estaba bien, debía cambiar la de ir de mal en peor por la de mejorar cada vez más. También supe que el giro podía ocurrir en cualquier momento. Era cuestión de encender un interruptor en mi mente, e insistir en saber que se había encendido. Decidí que el momento del cambio podía ser en cualquier momento, entonces dejé que fuese ahora.



El cambio



Noté un cambio en mi conciencia, y entonces supe que estaba en un estado de mejoría. También supe la importancia de mantener la integridad de esta decisión, y de ese momento. Supe que todas mis percepciones debían reforzarse con la idea de que me estaba encontrando cada vez mejor. Por ejemplo, podía recordarmelo mientras comía algo que me apetecía, que aquello era exactamente lo que mi cuerpo necesitaba para acelerar el proceso de sanación.



Las sensaciones físicas que sentía como descargas eléctricas en mi cuerpo, que antes reforzaban la idea de que el tumor estaba creciendo, ahora debían percibirse cómo la evidencia de que el tumor estaba mermando. Mi mente buscaba cada vez más y más formas de saber que la mejoría estaba sucediendo.



Sabía que debía permanecer alejado de las personas que insistían en verme todavía como un enfermo terminal, no por falta de amor, simplemente para poder mantener mi propia actitud positiva hacia mi proceso de sanación. Debía estar con gente que deseasen animarme en esta tarea que parecía imposible y que me había propuesto a mí mismo. Cuando me preguntaban cómo me encontraba, insistía en contestar “Cada vez mejor“ y viendo como , de hecho, era verdad.



Sabía que era vital mantener la programación positiva y que ponerme en un estado mental de relajación y hablándome positivamente a mí mismo durante quince minutos, tres veces cada día, formaba parte del proceso programado y que no debía interferir en él de modo alguno. En ocasiones sentía la tentación de no hacer las relajaciones, entonces me recordaba a mí mismo que mi vida estaba en juego. Cualquier tentación, entonces, era algo que estaba entre mi vida y yo, y debía eliminarse, así podría vivir.



Manteniendo la percepción



Al principio, era muy difícil. Encontraba que con mis pensamientos o mis palabras, comprometía fácilmente la integridad del momento del cambio, reconociendo cualquier otra cosa en lugar de la idea de que estaba mejorando, y debía ser honesto conmigo mismo, reconocerlo, y luego saber que estaba perdiendo la ocasión. Entonces, podía decirme que lo que había ocurrido era solamente un proceso de aprendizaje, y que el momento real del cambio era ahora.



Cada vez resultaba más fácil. Era capaz de mantener la integridad durante horas al principio, luego un día, luego dos días, y luego fui sólido. Sabía que el programa estaba funcionando. Era capaz de reconocer la voz de duda en mi interior, y sabía que no representaba la verdad, era capaz de identificar la voz que me daba ánimos. Se convirtió en mi guía, conduciéndome a un estado de salud estable. Era cada vez más capaz de mantener fija la atención en saber que estaban sucediendo cambios positivos . Cuando no notaba un síntoma, me decía que quizás ya nunca volvería a sentirlo . Si volvía a experimentarlo de nuevo, me decía que el proceso aún no había terminado, y que de hecho , notaba ese síntoma menos que antes.



Tenía que saber que los cambios positivos estaban sucediendo ahora, posiblemente justo en el umbral de la capacidad de aviso, así podía anticipar con impaciencia la evidencia para justificar mis percepciones. Naturalmente, siempre fui capaz de encontrar algo que me reafirmara que no era sólo producto de mi imaginación, sino que era real, reforzando así el proceso.



El programa



Durante mis períodos de relajación, me imaginaba el tumor que estaba situado en mi médula espinal a nivel del cuello, e imaginaba que miraba una capa de células cancerígenas muriendo, y siendo liberadas, para ser destruidas por el sistema natural de eliminación de mi cuerpo. Sabía que el cambio, quizás todavía imperceptible, era definitivo. Sabía que cada vez que eliminaba los residuos de mi cuerpo, se eliminaban las células cancerígenas muertas, y me lo recordaba cada vez. Insistía en saber que era verdad.



Sabía que el cáncer representaba algo retenido y no expresado, y ya que el tumor estaba situado en mi chakra de la garganta (centro de energía), había estado reteniendo la expresión de mi Ser. Aunque no estaba muy seguro de lo que esto significaba, decidí que era indispensable que expresase todo. Cada pensamiento, cada sentimiento, cualquier cosa que hubiese en mi conciencia y que quisiese salir, lo expresaba, sabiendo que era vital para mi salud. Anteriormente, había tenido la percepción que la expresión conducía a la discordia, pero ahora veía que lo que expresaba era apreciado por los que me rodeaban, que la expresión y la comunicación llevaban a la armonía.



Anteriormente, había tenido la percepción de que si expresaba lo que realmente quería, algo malo ocurriría. Debía reprogramar la creencia de que si expresaba lo que realmente quería, algo maravilloso ocurriría. Tomé esta decisión y así fue.



Me encontré a mí mismo teniendo cada vez menos en común con mis viejos amigos. Era como si hubiésemos compartido una frecuencia vibratoria en común anteriormente, digamos 547 ciclos, cualquier cosa que esto signifique, y de repente me encontré a mi mismo a 872 ciclos, teniendo pocas cosas en común para comunicar con la gente de 547 ciclos. Tenía que encontrar nuevos amigos que fuesen 872, para tener alguien con quien hablar.



Me sentía atraído hacia el mundo de 872, y ellos hacia mí, como si me hubiese convertido en un imán selectivo, y ciertos elementos hubiesen sido apartados de mi realidad, pues no estaban para nada de acuerdo con el nuevo Ser en el cual me había convertido. Sabía que el proceso era inevitable, y yo no debía interferir. En esa época desarrollé un sentido de compasión y comprensión. Sabía que mi vida dependía del hecho de apartar todos los elementos de mi vida que no estuviesen de acuerdo con mi nueva vibración. El proceso era simple, pero no siempre fácil.



Empezaba cada día como un proceso de descubrimiento de mí mismo, sin ninguna noción preconcebida de quién era, pero con la voluntad de descubrir al Ser emergente, y un sentido de gran placer con cada nuevo descubrimiento.



Me imaginaba la escena que ocurriría en la consulta del doctor después del trabajo que había hecho conmigo mismo. Podía verle examinándome, y descubriendo que no había ningún tumor, quedándose atónito. Podría decir ”Quizás cometimos un error“, jugaba con esta escena en mi mente cada día, durante los momentos de relajación.



Había oído que dentro de la tecnología del programa mental, si me hablaba a mí mismo durante quince minutos tres veces al día, durante 66 días, podía llegar a creer cualquier cosa, y que cualquier cosa que creyese ser verdad, sería verdad.



Unos dos meses después de empezar a trabajar conmigo mismo, fuí examinado por el médico que me había diagnosticado como un enfermo terminal. En el camino hacia el médico, sabía que debía mantener la percepción de que todo estaba bien. Repetí la escena en mi mente, sabiendo que ocurriría de esta forma.



Finalmente, llegó el momento de la verdad. El médico me examinó y no encontró nada. Dijo “Quizás cometimos un error“. Reí durante todo el camino de vuelta a casa.



Transformación



Había transformado mi forma de Ser. Mi estilo de vida había cambiado drásticamente. No tenía sentido para mí un trabajo de nueve a cinco, o llamar a otro Ser mi “superior“, ya que todos somos Seres iguales, y todos con un potencial infinito. Me retiré de Wall Street a los 38 años sin otra idea que la de hacer lo que realmente quería hacer y no hacer lo que realmente no quería hacer, confiando en mi viaje, escuchando mi voz interior. Es una decisión que nunca he lamentado.



Con lo que aprendí de mi relación cuerpo/mente en mi experiencia y la investigación que hice durante mi proceso de sanación, desarrollé un modelo de sanación como una forma de organizar en mi propia mente lo que me había ocurrido, y lo que había funcionado.



Gradualmente, llegué a implicarme en sanar a otras personas cuando las condiciones parecían pedirlo, y haciéndolo vi cada vez más ejemplos de la interfase cuerpo/mente cubriendo otros síntomas. El modelo de sanación que estaba utilizando se convirtió en más y más coherente y multidimensional.



Descubrí la alegría de compartir mis experiencias e ideas con otras personas, y ver como se beneficiaban cuando ponían en práctica estas ideas en sus propias vidas.



El trabajo que realizo ahora como sanador y profesor significa mucho para mí, es importante para los demás también, y es un servicio a la humanidad, y me siento “elevado“ cuando lo hago. Tengo un sentimiento muy fuerte de que hago el trabajo de mi vida. Sé que estoy haciendo lo que vine a hacer a este planeta. Sé que está bien. No es un sentimiento que hubiese tenido anteriormente.



El proceso de transformación es una parte integrante del proceso de sanación, que el Ser esté sanando su visión o liberando alguna enfermedad importante,y en efecto también cuando la condición de desequilibrio no ha alcanzado todavía el nivel físico, sigue existiendo todavía a nivel mental o emocional.



Quienes de entre nosotros reconocemos el proceso, debemos animarlo, y asistirlo donde podamos, de forma que la transformación planetaria que está aconteciendo ahora en el interior de los individuos , pueda acelerarse, y hacerlo de la forma más suave posible.



Ennfermedad o herida muestra en el nivel físico, metafóricamente, lo que ha estado ocurriendo en la conciencia del Ser que experimenta los síntomas. Está relacionado con la forma de Ser de esta persona. Una vez identificados los elementos del Ser de una persona que se relacionan con la condición de desequilibrio físico, éstos pueden cambiarse, pudiendo restaurar la salud y el equilibrio a todos los niveles.



Cuando vemos el cuerpo físico como un mapa de la conciencia que está en él, y siempre en equilibrio con ella, podemos también ver que un cambio en uno implica un cambio en el otro. Cuando ocurre una sanación, se puede esperar un cambio en la personalidad por el hecho de reflejar el cambio en el Ser físico y viceversa.



El “nuevo“ individuo tendrá la misma Esencia de Ser, pero con una forma distinta de interactuar con el entorno, sin lo que había sido una tensión excesiva para este individuo. De hecho, será más él mismo, más quien “realmente “ es.



Puede parecer como si el individuo se hubiese despertado de un sueño digamos “que parecía muy real”, y las cosas tuviesen sentido de una forma distinta. Se habrá retirado un filtro perceptual , un filtro a través del cual se habían determinado los valores , y sin este filtro, se volverán evidentes valores más auténticos. El “nuevo“ Ser puede incluso tener distintos gustos en comida y/o ropa, y distintos hábitos personales. Será una placentera transformación.



Los métodos de sanación que consideran el aspecto del cambio de personalidad, la transformación , están relacionados con la idea de que una causa interior produce un síntoma exterior. Sin los cambios interiores, los síntomas pueden aliviarse en la realidad física, pero no obstante no las causas en el mundo interior y los síntomas pueden crearse de nuevo. El Ser considera entonces que parte de su sistema energético tiene una debilidad natural, de la cual tiene que ocuparse continuamente, hasta que pueda provocar esos cambios interiores , después de lo cual los síntomas no volverán a manifestarse. Después de todo, los síntomas sólo eran necesarios para dar un mensaje al “viejo“ Ser. El “nuevo“ Ser, no teniendo ya la debilidad “innata”, no necesita el síntoma. De hecho, la antigua parte débil puede llegar a ser la parte más fuerte del “nuevo“ Ser. Evidencia de ellos son historias de antiguos pacientes paralíticos que llegaron a ser figuras Olímpicas .



Cuando focalizamos en la transformación además de las otras partes del proceso de sanación, se añade otra dimensión, para acelerar la sanación



El sistema energético humano



En el sistema de energía que todos poseemos, la energía está en un estado constante de flujo. Este flujo de energía está regulado por siete “bombas“ llamadas chakras. Cada chakra representa emociones específicas y determinados niveles de percepción y elementos de la conciencia del Ser; también está asociado a partes específicas del cuerpo, a funciones específicas dentro del cuerpo, glándulas endocrinas específicas y grupos de nervios específicos. Respuestas a cómo el Ser percibe el universo, también se reflejan en los chakras.



Los chakras tienen un estado óptimo de equilibrio y flujo. Una sanación del individuo equilibra los chakras. Cuando esto ocurre, además de restaurar el equilibrio interior y un estado diferente de conciencia, así como un equilibrio físico, el reequilibrio también definirá distintas respuestas al universo percibido por el Ser.



En otras palabras, en un cierto estado de equilibrio de los chakras, el individuo atraerá un determinado tipo de experiencia, y también atraerá un cierto tipo de gente . Cuando la energía cambia en los chakras, como ocurre durante una sanación, el efecto magnético que arrastra a un tipo concreto de persona o experiencia se libera entonces, junto con la vieja manera de responder.



Por ejemplo, un Ser, teniendo distintas interacciones con su madre puede responder bloqueando el chakra asociado con la seguridad y la confianza. El efecto sería de inseguridad como filtro perceptual. El individuo atraería entonces situaciones precarias para justificar la inseguridad, así como mujeres que le recordarían a su madre. Cuando el chakra esta claro, el tipo de mujer que atraía anteriormente será atraída , en cambio, por otros Seres con el mismo tipo de bloqueo en el chakra como los que experimentó antiguamente el Ser que está sanado, dejando espacio para interacciones con mujeres de distinta energía. En consecuencia, las interacciones con el arquetipo de la madre tendrán una resolución distinta, más satisfactoria. Las situaciones que se presentan al Ser también tendrán más sentido de solidez, o el Ser tendrá una nueva perspectiva de confianza para resolver la situación.



Podemos ver, que los chakras no sólo reflejan el entorno exterior, sino que de alguna forma también lo crean.



Con pequeños ajustes en el sistema de energía del Ser, sólo serían aparentes pequeños cambios en la conciencia . En el caso de una enfermedad grave, sin embargo, el Ser necesitaría desesperadamente un mayor ajuste en la conciencia, y entonces los aspectos de la transformación serían más profundos.



Renacimiento



Mientras que el cambio instantáneo siempre es posible y disponible, la mayoría de la gente parece no estar preparada para un cambio tan brusco en su forma de Ser. Los cambios graduales parecen generalmente más confortables para el Ser implicado, así como para los demás en el entorno del Ser.



En un cambio instantáneo, se tiene la experiencia de una súbita clarificación de lo que había sido oscuro, y la sensación algo parecida a lo que podría experimentar un Ser que se encontrara de repente en un cuerpo, mirando una película desarrollándose alrededor suyo, una película que justo acaba de empezar. El Ser se encontraría como uno de los protagonistas, con una sensación de parecer distinto de la forma en que los otros parecerían verle, y como si de hecho, fuese muy distinto. Otros mantendrían la percepción de que el Ser ya no existe.



Sería entonces muy importante para el Ser mantener su nueva forma de Ser, la nueva sensación de claridad o lucidez (aunque posiblemente combinado con la confusa sensación de una novedad repentina) y establecer rápidamente la forma en la cual las cosas toman sentido en la nueva realidad, el nuevo paradigma, con nuevas percepciones. El nuevo Ser debería revisar su relación con el trabajo del viejo Ser, su casa, su pareja, su entorno, etc… y evaluar qué aspectos funcionan armónicamente y qué partes deberían cambiar de alguna forma.



En el caso de un Ser que ha tenido una enfermedad importante, y que ha reconocido la relación entre el estilo de vida y los síntomas físicos, debería existir la voluntad de cambiar todos los aspectos del estilo de vida que no condujeran a la felicidad, porque estaría claro que estos aspectos estarían directamente relacionados con la enfermedad. También estaría claro que de no realizar los cambios necesarios, se recrearían los síntomas de la enfermedad.



Cuando es cuestión de vida y muerte, la elección es clara, y simple, aunque no siempre fácil.



Interacciones



Para las personas cercanas al Ser, podría ser también un tiempo de una gran confusión . Podría parecer como si la persona que conocían, hubiese cambiado de repente, volviéndose loca. Formas habituales de comportamiento y de respuesta desaparecerán, de repente, y esto puede resultar muy confuso. Para la salud y bienestar del Ser, deberían apoyarle totalmente , ya que los intentos de recrear el viejo Ser serían percibidos por el Ser implicado (correctamente) como una amenaza para su salud, e inclusive para su vida.



Debe existir la voluntad de adaptarse a la nueva forma de ser del Ser.



Un cambio gradual es más fácil para la mayoría de la gente, pero se debe enfatizar que la magnitud de un cambio gradual no es menor que la de un cambio inmediato. Solamente se extiende en un período de tiempo más largo. Deben examinarse los mismos temas.Deben hacerse los mismos cambios . Además, el Ser debe mantener un solo propósito en su mente, y mantener este propósito, con la total voluntad de liberar todos los aspectos de su vida relacionados con el estrés y todas las formas de interactuar que no se orienten hacia el éxito, hasta que la vida esté nuevamente en armonía; el estado de salud y de bienestar del cuerpo indica que el Ser vuelve a estar en equilibrio y pueda ahora identificarse con su nueva forma de ser. La transformación y la sanación se habrán entonces completado.



¡Todo se puede curar!



Cuando un individuo que ha estado en desequilibrio toma la decisión de volver a equilibrarse, debe hacer de ello un proyecto de alta prioridad. Nada debe ser más importante. Particularmente en el caso de una enfermedad grave, la vuelta a la salud se convierte en más importante que la familia, amigos, o trabajo. Cuando se ha reconocido el camino a la salud, nada debe interferir en este camino. Es imperativo el desarrollar y mantener una actitud mental positiva.



Cada uno de nosotros es un sistema de conciencia autónoma organizándose a sí mismo. Cada uno de nosotros es un sistema de energía. La energía fluye a través de nuestro Ser, y es dirigida por nuestra conciencia. Esta energía está en un estado de movimiento, de flujo, y en un organismo saludable la energía está en armonía, y fluye suavemente. Cuando el flujo de energía se bloquea o se interrumpe, el organismo lo experimenta como un desequilibrio, y la tendencia del organismo es volver al equilibrio y a la armonía, volver a la salud. Esta tendencia hacia la armonía es un aspecto del amor.



Toda enfermedad, toda herida, es energía bloqueada o interrumpida, o una llamada para el amor. Cada uno de nosotros, incluyéndote a tí, lector, tiene la habilidad de sentir la energía, detectarla, y dirigirla.



Finalmente, toda energía bloqueada puede ser liberada por tu conciencia. No es cuestión de si se puede hacer, sino de cómo puede hacerse.



Dentro de tu Ser, dentro de tu conciencia, está la capacidad de amar. Tienes un potencial de amor infinito, tanto si has decidido como si no manifestarlo. De hecho, el amor es la verdadera naturaleza de nuestro Ser.



Tienes la capacidad de amar en cualquier parte donde exista la percepción de falta de amor, o una llamada para el amor. El amor cura.



Tienes en tu conciencia el potencial y la capacidad de curar cualquier cosa, a cualquier nivel, en tí mismo y también en otro Ser, ya que todo es solamente y energía. Lo que falta es que seas completamente consciente de ello y que actualices este potencial.



Todo se puede curar.



Tú puedes curarlo todo.