martes, 20 de septiembre de 2011

EL CODIGO SECRETO DEL CORAZON


Siempre se nos ha dicho que el corazón ama y siente pero, ¿es posible que también piense, recuerde, se comunique con otros corazones, ayude a regular la inmunidad y contenga información almacenada circulando a través de nuestro cuerpo? Recientes investigaciones sobre la memoria celular apuntan a que es el corazón y no el cerebro el recipiente de los secretos que conectan la mente, el cuerpo y el espíritu.

Primum vivens, ultimum moriens

Las personas que han tenido un transplante de corazón, alegan haber adquirido hábitos y memorias de sus donantes.En el siglo XVII, Sir Kenelm Digby, miembro de la Royal Society, hizo un experimento con el corazón de una víbora: tras arrancárselo y guardarlo en un lugar templado y húmedo, comprobó que latió durante veinticuatro horas. Cuando cesó de latir lo humedeció con agua templada y el órgano palpitó de nuevo. Luego lo cortó en varios trozos, y las partes separadas siguieron latiendo durante un tiempo prolongado. Lo mismo ocurre con el corazón humano: aunque la cabeza se separe del cuerpo, el corazón continuará latiendo durante horas. No en vano, este órgano, asiento de la vida y músculo central del sistema fisiológico, es "primum vivens, ultimum moriens", el primero en vivir y el último en morir en todas las criaturas.
"Nunca estuve interesada en el sexo. Ni siquiera pensé mucho en eso, pero ahora agoto a mi marido. Deseo hacer el amor todas las noches y, a veces, me masturbo dos o tres veces al día. Antes odiaba los vídeos X, pero ahora los adoro. Me siento como una mujerzuela y cuando estoy de buen humor, realizo un striptease para mi marido. Jamás había hecho algo parecido antes de mi operación. Cuando le comenté esto a mi psiquiatra, me dijo que era una reacción a los medicamentos y porque ahora tengo un cuerpo más sano. Posteriormente he descubierto que mi donante de corazón era una chica que trabajaba en un topless y actuaba como profesional a domicilio. Creo que he adoptado su orientación sexual, y mi marido también lo piensa así".
Por extraño que pueda parecer, este relato de una mujer de 35 años a quien se le trasplantó el corazón de una prostituta de 24 años no es el único en su género. Desde principios de los años setenta se vienen recogiendo informes de personas que tras un trasplante de corazón alegan haber adquirido gustos, hábitos, aptitudes y memorias de los donantes muertos. Hasta ahora sólo se han publicado un par de libros que recogen dichas experiencias, pero el fenómeno ya suscita una polémica parecida a la surgida hace más de veinte años con las experiencias cercanas a la muerte.
Uno de estos libros, A Change of Heart, de Claire Sylvia, recoge los cambios experimentados por la autora a raíz de una operación de trasplante; otro más reciente, El código del corazón (Ed. Edaf), de Paul Pearsall, se enfrenta abiertamente a un dogma de la moderna ciencia médica: la dependencia que tiene la memoria del sistema nervioso central.
Aunque tal dogma descarta por completo la posibilidad de que los hábitos puedan modificar estructuras bioquímicas que afecten al tejido del corazón, Pearsall no parece albergar dudas que el corazón, además de constituir el centro de energía más importante del cuerpo, es al mismo tiempo un mensajero del código que representa el alma. Una propuesta tan provocadora como la suya ha supuesto que se le acuse de perjudicar al movimiento de trasplante de órganos porque hace pensar que el corazón es mucho más que una masa de células biomecánicas. También se ha calificado a Pearsall de gurú prolífico de la auto-ayuda, pero en todo caso, su último libro ofrece una perspectiva novedosa en un campo que la ciencia no ha explorado todavía suficientemente.

Cardiología energética

Además de basarse en su experiencia personal – la victoria obtenida por su corazón sobre un cáncer que padeció –, en las lecciones aprendidas de los pueblos indígenas y las culturas milenarias, así como en los relatos de pacientes trasplantados de corazón, Pearsall recoge en su obra las teorías e investigaciones del neurólogo y psiquiatra Gary Schwartz y la psicóloga y codirectora del Laboratorio de Sistemas Energéticos Humanos de la Universidad de Harvard, Linda Russek, en cardioenergética. Este campo de investigación se basa en que la energía y la información son intercambiables y la infoenergía es transportada y comunicada primariamente por el corazón.
Paul PearsallOtra fuente utilizada por Pearsall es la teoría de la memoria celular, según la cual cada uno de los 75 billones de células del cuerpo posee varios niveles de información almacenada, depositada allí mediante la conducción cardiaca de energía. Así pues, si la información se lleva en la energía del corazón y circula dentro de las células, las memorias de una experiencia vital que cualquier persona haya tenido pueden convertirse en nuestras propias memorias personales. Esto explicaría el hecho de que la personalidad de los que viven con un corazón trasplantado sufra transformaciones radicales, pero la mayoría de los cardiólogos y cirujanos que realizan los trasplantes se niegan a aceptar tal posibilidad. Alegan que, con frecuencia, el cerebro sufre pequeños derrames durante la operación que pueden dañarlo, al igual que los medicamentos utilizados para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
Es probable que estos factores influyan en las transformaciones profundas y en las memorias anómalas que experimentan los trasplantados, pero eso no excluye la posibilidad de que el corazón posea un código infoenergético sutil (energía L) que contenga memorias codificadas que conserva cuando es trasplantado. Tal vez, la clave del código esté en esa energía L, que baña el corazón.

La escurridiza energía "L"

Por desgracia, la energía L o quinta fuerza propuesta por Pearsall es extremadamente sutil e imposible de medir con los instrumentos científicos actuales. No obstante, Pearsall sugiere que los efectos de la misma son ilimitados: viaja más rápidamente que la luz y genera efectos no localizados como la telepatía, la curación a distancia y el poder de la oración intercesora. Y, sobre todo, el corazón está formado exclusivamente por energía L y comunica y lleva su propia forma, aunque de un modo torpe, al campo electromagnético creado por él. Este campo es cinco mil veces más potente que el electromagnético cerebral, por ello es posible que el corazón, gracias a su enorme energía potencial, sea el centro principal de conducción de la energía L.
La mayoría de los profesionales de la salud no reconocen la existencia de esta energía. Cuando preguntamos al psicoanalista y quinesiólogo Juan A. González qué opina sobre las ideas de Pearsall en relación a la hipotética energía L y la posibilidad de que el corazón sea el centro principal de conducción de la misma, responde: "Si negáramos la existencia de una energía que lleva información por todo el organismo, estaríamos negando también la existencia de los meridianos de acupuntura y la de los cuerpos sutiles. Estos cuerpos están implicados en la concepción de la salud y están unidos entre sí por algo que llamamos el cordón de plata, que está conectado al cuerpo por el corazón. Experimentalmente sabemos que la conexión está exactamente en el punto BP21, que es el del meridiano bazo-páncreas, el más cercano al corazón, pero esto no confirma que este órgano contenga un código que indique quiénes somos".

Aposento de luz

Debido a que el latido del corazón responde inmediatamente a las variaciones en el estado mental - por ejemplo, en momentos de extrema ansiedad, tensión y terror, palpita, y el pulso se acelera - se convirtió en muchas culturas no sólo en el asiento de las emociones, sino en el del alma. Así se dice que dos hilos de energía conectan la forma del hombre con su alma: el primero es el de la consciencia, anclado en la glándula pineal de la cabeza; el segundo o hilo de la vida se ancla en el corazón, en el nódulo sino-auricular, una masa de tejido que gobierna el latido cardiaco. Este nódulo recibe fibras del nervio vago y se denomina en la tradición bíblica el "sendero para el aliento del Espíritu Santo".
También los hindúes consideraban al corazón la morada del principio divino. En los escritos tántricos, el corazón es llamado el "pequeño loto de ocho pétalos", asiento de Brahma, o centro de la consciencia espiritual del hombre. Según esta visión, el nirvana se alcanza cuando la consciencia se centra en el germen de Pragna, que se encuentra en el chakra Anahata, el del corazón.
Los griegos también eran conscientes de que el corazón era la fuente de la vida y de que los diversos aspectos de la misma - los centros de la consciencia llamados los "dioses" - habitaban en el corazón. Esta creencia la tomaron de los egipcios, para quienes este órgano era la morada del alma y no lo extraían del cuerpo durante el proceso de embalsamamiento, a diferencia del cerebro que extraían por las fosas nasales. Salvaguardaban el corazón con sumo cuidado para que acompañara al cuerpo en la otra vida donde sería pesado en la balanza en presencia de Osiris.
Los aztecas llevaban a cabo ritos donde extraían este órgano a la víctima aún viva y lo ofrecían a sus deidades.La ofrenda del corazón, sede del alma, encontró su forma más aterradora en los ritos realizados por los aztecas de México, que arrancaban el corazón del pecho de los prisioneros vivos para ofrecérselo, todavía latiendo, a las deidades del Sol y de la Tierra. Entonces, el alma ascendía a lo más alto de los cielos aztecas. Igualmente bárbara pero no carente de lógica es la extendida costumbre entre algunas tribus primitivas de comerse el corazón de los enemigos heroicos para imbuirse de su valor. En algunas comunidades del pasado, los corazones de los reyes muertos se comían ritualmente. Los de los animales también se comían para adquirir sus características, especialmente los de leopardos y leones.
Los taoístas chinos consideraban al corazón como un aposento de fuego localizado entre el cielo (la cabeza) y la tierra (el abdomen) y decían que su transmutación llevaba a la inmortalidad.
En la tradición mística occidental, el corazón es la localización de la Luz de Cristo y el propio Jesús animaba a sus discípulos a entrar en silencio en este aposento para conversar directamente con el Padre.

De corazón a corazón

En la tradición mística occidental, el corazón es la localización de la Luz de Cristo.Si ponemos más corazón en nuestras vidas, como sugiere Pearsall, tal vez descubramos nuevas formas de comprender la consciencia y la sanación humana. Vivimos en un mundo regido por el cerebro. Disfrutamos de los inventos que ha producido éste, pero el corazón nos pregunta si podremos sobrevivir en este mundo tan cerebral y si queremos vivir desconectados, hostiles y temerosos. Así pues, aunque se pueden hacer múltiples críticas al trabajo de Pearsall, sobre todo que los datos aportados por él no están suficientemente contrastados, que son demasiado etéreos y que no demuestran que la memoria y la emoción residan en el corazón, no se puede negar que su obra ofrece una magnífica combinación de ciencia y testimonios que permite percibir la inteligencia del propio corazón. Para tal fin, Pearsall propone la práctica de la cardio-contemplación, derivada de la técnica de cuadro congelado desarrollada por investigadores del Instituto de HeartMath (California), en la que se propone que congelemos las situaciones o las escenas de estrés para poderlas considerar desde una perspectiva más calmada y centrada en el corazón. Esta técnica involucra el permanecer inmóviles, quietos y permitir que ocurra la respuesta de resonancia. Sin duda se trata de una vía interesante para silenciar nuestro agitado cerebro.
Pearsall también facilita un test de comprobación de la amplitud de la energía cardiaca y un inventario cardio-sensitivo para evaluar la capacidad individual de escuchar el código de nuestro corazón y para conectar incluso con el inconsciente colectivo, es decir, "sintonizar con otro plano que se encuentra más allá del nivel en el que el cerebro se siente más confortable, el de la energía sutil L que danza entre todos los sistemas".

Isabela Herranz

lunes, 5 de septiembre de 2011

Ley de la Sincronicidad.



Por Caroline Myss.


Como muchos de ustedes saben, me encanta la buena conversación. Para mí, una cena con gente que sabe cómo hablar sobre temas deliciosos, es uno de los grandes placeres de la vida. Ni siquiera tengo que incluir la cena – la lanzo por ahí. Una buena conversación puede tener lugar en cualquier lugar y a cualquier hora. Lo que hace a una conversación "grandiosa", por así decirlo, al menos para mí - es que mi imaginación se anima, o me inspira a pensar en algo de una manera que yo no había considerado antes, o me entero de nuevos hechos o descubro un nuevo campo de información, o me encuentro con alguien que piensa de una manera que es tan única que sólo quiero escuchar y observar su mente en acción. Por lo que el otro día tuve la oportunidad de tener una de esas conversaciones grandiosas y deliciosas con alguien que tenía la imaginación y la profundidad y la sabiduría, y así que nos embarcamos en una discusión sobre la naturaleza de las leyes místicas. La conversación no comenzó precisamente en ese tema. Se inició con la pregunta que él me hizo: "¿Estás más fascinada por lo que puedes ver ó por lo que no puedes ver?" 
Ahora, ¿cuánta gente crees que podría preguntarte eso?
 

Tan pronto como escuché la pregunta, que casi se balanceaba en otra dimensión: ¿estás más fascinada por lo que ves o por lo que no ves? Le respondí que era más atenta a la dimensión de lo invisible. Él pidió un ejemplo y fue entonces cuando presenté lo que fue mi artículo número uno: La Ley Mística de la sincronicidad. Le dije que estaba fascinada por esa ley y cómo su alquimia se reúne en cada una de nuestras vidas. Como visual, imagina esta ley como una dinámica de alquimia compuesta de varias sustancias químicas que pueden o no crear una sobrecarga de chispa. Las condiciones tienen que ser perfectas - pero ¿qué son esas condiciones? Imagínese, entonces, que deseas interactuar con esas condiciones - que quieres llegar a ser una variable activa en la dinámica creativa de la ley de la sincronicidad. ¿Es eso posible? y si es así, ¿qué tienes que saber y llegar a ser – no hacer - sino ser, en el orden de interactuar con la ley? ¿Qué tan intrigante es esto? (Dicho de otra manera, ¿cómo podría tal pregunta no intrigar a nadie?). 

Carl Jung
, trajo la ley mística de la sincronicidad en el lenguaje común y luego se abrió camino en la conciencia general. Comúnmente entendida, se refiere a una reunión de acontecimientos que suceden para coordinarse con algo que estás experimentando en ese mismo tiempo. A veces, un evento sincrónico es localizado, lo que significa que el acontecimiento psíquico y el evento físico se presentan en el mismo lugar al mismo tiempo. Jung llamó a eso la primera categoría de eventos sincrónicos. Pensando en alguien y luego viendo a esa persona un minuto más tarde o recibir una llamada telefónica los cinco segundos después de pensar en su nombre, son ejemplos de lo que él llamaría la segunda categoría de eventos sincrónicos, es decir, que dos personas tengan pensamientos mutuos el uno del otro separados por la distancia. 
Todos hemos experimentado eventos sincrónicos - algunas a pequeña escala, algunas a gran escala. Se pasan todo el tiempo. ¿Puede una persona influyir en la Ley de sincronicidad? ¡Qué fascinante es esa pregunta! ¿Qué hace a un evento sincrónico o un momento de encuentro? Y ¿algunas personas son más receptivas a los eventos sincrónicos que otros? Todas esas preguntas son dignas en una tarde de conferencia (y es por eso que estoy haciendo un taller sobre las Leyes Místicas en Abril), pero voy a tratar cada uno de ellos en breve. (Otras Leyes Místicas incluyen las leyes que rigen la desaparición y el destino, las leyes místicas de curación y la Ley Mística de la transformación). 

¿Por qué es el conocimiento de este tipo tan importante? Debido a que interactúas con estas leyes con cada respiración que tomas. Nada acerca de tu vida es casual o fortuito. Por otro lado, la hay literatura abundante sobre cómo puedes "crear tu propia realidad" sólo por pensar "pensamientos positivos". ¿Cuántos pensamientos positivos? ¿Uno? ¿Dos?¿ Está creando tu realidad entera así de simple? ¿Qué pasa con todos sus pensamientos inconscientes negativos - que pasa con ellos? La tendencia en esta sociedad contemporánea espiritual es tomar estas leyes místicas extraordinarias y reducirlas a una guía de usuario a la felicidad - que no hay nada malo en la felicidad. Pero se olvida de toda una galaxia, centrándose en un solo planeta, si se entiende lo que quiero decir. Estas leyes gobiernan el universo invisible y sugieren que una armonía ideal (no la felicidad, sino el equilibrio armónico) coexiste entre el reino del alma y el físico. Esa misma relación en el ámbito macro es lo que cada persona contiene en el micro como un individuo y por lo tanto estas leyes operan como un mini-universo dentro de cada ser humano. 

Nacemos sabiendo esta verdad, aunque no en el detalle intelectual en el que estoy ahora comunicándome. Más bien, nacemos con una conciencia inherente de estas leyes místicas. Nacemos con un tipo de deseo de experimentar asombro y quedarnos sin aliento con los eventos más grandiosos que lo ordinario. Y si no ocurren de manera natural o sobrenatural (como en la inspiración divina), entonces los creas sólo para conseguir nuestra adrenalina a máxima velocidad debido a que parte de nosotros quiere hacerlo a través de la barrera de la "velocidad de la tierra" con el fin del toque místico ingravidez. Pregúntele a cualquiera que empuja el sobre por qué arriesgan su vida haciendo el deporte más escandaloso, por ejemplo, y sus respuestas apuntan a la nostalgia de una experiencia mística. Muchos hablan de "se pierden en el momento" o "sensación de ingravidez" sólo por un segundo, como si el tiempo se detiene. Esa es una descripción de una experiencia mística, no una física. Es lo mejor que una persona puede lograr por su cuenta sin la adición de "velocidad de gracia" máxima, pero es sin duda una muestra de la emoción de "ingravidez mística". No por nada los atletas se vuelven adictos al "subidón” de esas experiencias. Ellos literal, y simbólicamente están en las “alturas”. 

La ley de la sincronicidad, entonces, es una de las muchas leyes místicas que gobiernan el mundo invisible. Estas leyes Místicas trabajan en asociación con las leyes del mundo físico, tales como el movimiento, velocidad, gravedad, etc. Las leyes Místicas trabajan de manera sutil, pero son tan íntimas como la respiración. ¿Cuándo no estamos "pensando" o "reaccionando emocionalmente" o estresados o sin estrés o creando o enojados o no enojados o enamorados o el corazón roto? Estamos, en otras palabras, siempre "en movimiento psíquico" y nuestra energía es por lo menos una parte de la sustancia de estas leyes funcionando en nuestras vidas. 

Al igual que los atletas que experimentan un alto peso en una experiencia en una cumbre, es posible tomar muestras de esa misma sensación cuando te das cuenta que estás en medio de un evento sincrónico. Inmediatamente, tus sentidos están más alerta a medida que saltas por encima del medio ambiente. Te encuentras digitalizando los detalles minúsculos, cada uno en la reserva de un potencial significado simbólico. Al instante comienzas a preguntarte sobre el "significado" de esos momentos en particular por sobre los otros momentos ordinarios del día en que no ocurrió nada sincrónico. Este tipo de preguntas levantan tu pensamiento sobre el suelo. ¿Dónde? A alturas místicas - un evento sincrónico en última instancia, hace que te preguntes sobre el propósito, sentido, significado y el destino. Por supuesto, tu asombro no siempre será abrumador en cada evento sincrónico, pero porque son, en esencia, chispas místicas - una fusión de los reinos psíquicos y físicos reunidos - estás experimentando una ley mística en movimiento actuando directamente a través del corredor de tu vida. Y eso es impresionante. 

Mientras describo brevemente mis propias observaciones sobre la ley de sincronicidad, quiero que pienses en ti como una variable activa. Tú eres el factor X en tu propia vida, un ingrediente activo que puede iniciar un evento sincrónico o disipar la energía de uno. Tú eres el objeto, entonces, que necesita ser entendido, además de la Ley de la sincronicidad. 
1.¿ Puede una persona influenciar actos de sincronicidad, es decir, algunas personas son más propensas a experimentar eventos sincrónicos, y si es así, por qué? Nos pueden influir e influyen todas las leyes místicas, como la Ley de la sincronicidad. Esta ley en particular parece estar mucho más animada en torno a una persona que carece de una historia pesada emocional / mental / psíquico. Dicho de otra manera, una persona que vive sobre todo en "tiempo presente" está viviendo en armonía con los activos naturales de esta ley. 
2. La Adaptabilidad y la habilidad de responder son dos cualidades que parecen magnetizar la sincronicidad. La voluntad de una persona para adaptarse a la oportunidad que un evento sincrónico presenta con vacilación mínima salta justo hacia la magia del momento. Esa persona tiene "la capacidad de responder-". Este es un gran problema ya que la mayoría de la gente duda en exceso y tiene cautela y temor por las consecuencias de sus acciones. Como resultado, la mayoría de las personas buscan continuamente en su pasado en busca de inspiración en cuanto a lo siguiente para elegir, y muchas veces terminan estancándose. La capacidad de reconocer una oportunidad como una colocación divina de sincronicidad, y luego responder a ese momento de una manera que, debido a esa oportunidad asegura a una persona a un "seguimiento" de experiencia sincrónica, o si no, a una serie de ellas. Se trata de una persona que está viviendo ahora en el flujo de una ley mística. 
3. Una persona no puede hacer que sucedan un cierto tipo de eventos sincrónicos. No tenemos ningún control sobre los tipos de eventos o el tiempo de ellos. 
4. El por qué y cuándo ocurren eventos sincrónicos parece estar conectado con los puntos de elección más o menos en la vida de una persona. La importancia de estos puntos de elección varía, pero el denominador común es que un momento sincrónico o la experiencia es un punto de elección. 
5. Tú como variable activa debes tomar el tiempo para reflexionar acerca de si tú eres un ancla psíquica en tu propia vida o de alguien que es capaz de una respuesta inmediata y dinámica. Esta es una cuestión digna de horas y horas de reflexión y no sólo en cuanto a la ley de sincronicidad, pero todas las demás leyes místicas. En concreto, alguien que lucha con el cambio, que teme a lo desconocido y a nuevas ideas y sugerencias, se debilita o agota el campo de la energía requerida para eventos sincrónicos. 
Continuando con la conversación: 

Mi amigo y yo charlamos durante bastante tiempo sobre la Ley de Sincronicidad y mi observación sobre, cómo estar en presente, aumenta la probabilidad de eventos sincrónicos. ¿Cómo no puede suceder eso? Es tan enérgicamente lógico. Por supuesto, la conversación tuvo que incluir esta pregunta: ¿y sabe la gente cuando están saboteando un evento sincrónico? Cuestión fascinante. Voy a tener que pensar en eso y guardar la respuesta para mi próximo taller sobre las leyes místicas. 
Mientras tanto, permítanme dejarles con esta idea: Cuando un evento/momento sincrónico se produce, lo hace porque algunos elementos de la esfera psíquica y física empatan. Yo siempre lo tomo como una señal de que estoy en una encrucijada, un punto de elección. Esta decisión no puede ser enorme - o puede ser. Pero yo siempre me pregunto en un momento sincrónico, "¿Qué elección me ocurre?" Y luego actúo en consecuencia. 
Este universo es un místico país de las maravillas, por decir lo menos. Así que los dejo con la pregunta que inició la conversación con mi amigo muy querido, "¿Te sientes más fascinado por lo que se puede ver, o por lo que no puedes ver?" Reflexiona sobre eso, ahora imagina que no hay tal cosa como un espacio vacío.